“Padres, enseñen a los hijos la importancia de la espiritualidad”
Para que las personas comprendan la realidad de la vida en un sentido amplio es necesario que estudien la espiritualidad defendida por el Racionalismo Cristiano en sus conceptos y principios. Cuando despiertan a la vida real con estas enseñanzas, revelan en los procedimientos que son espíritus en evolución en posesión de un cuerpo físico en cada existencia en un mundo de escolaridad como es la Tierra, que están sujetos a las trascendentes leyes evolutivas que rigen el Todo Universal, entre las cuales dos de ellas muy importantes a la salud física y al equilibrio psíquico, que son la ley de atracción y la ley de causa y efecto.
Con el pasar del tiempo, el estudioso atento del Racionalismo Cristiano comienza a percibir y sentir que está incluido en campos vibracionales y también sujeto a las corrientes positivas y negativas por ellos formados y que recorren la atmósfera fluídica de la Tierra en todas las direcciones.
De acuerdo con la ley de atracción, esas corrientes buenas y ruines influencian al ser humano conforme los correctos o incorrectos pensamientos que vibra y sentimientos que demuestra en sus relaciones interpersonales.
Por lo tanto, los conocimientos proporcionados por la filosofía racionalista cristiana facilitan el vivir diario de las personas, porque les posibilita utilizar adecuadamente los atributos naturales y las facultades espirituales que ya desarrollaron a lo largo de múltiples existencias, a diferencia de aquellos que al ignorar los fenómenos trascendentales de la vida, corren el riesgo de caer en las trampas de los vicios físicos y morales, de los placeres pasajeros proporcionados por el materialismo intenso, de la codicia y de la ambición excesiva, de la corrupción resultante de la búsqueda desenfrenada por un poder personal que se mostrará inútil, pues esos errores, infelizmente tan comunes atrasan la evolución teniendo en vista la ley de causa y efecto.
Luego, estudiar la filosofía de vida del Racionalismo Cristiano tiene alcance individual y colectivo, notablemente el familiar. Los padres precisan estar preparados para dar a los hijos una educación a la altura de las exigencias de vida real. Siendo así, tienen la obligación moral e indelegable de transmitir a los hijos las enseñanzas espiritualistas que aprendieron, aprovechando el día a día para mostrarles la importancia de la amistad, de la lealtad y de la honestidad en las relaciones humanas y dar buenos ejemplos en ese sentido.
Es igualmente importante que los padres enseñen a los hijos, de manera simple y adecuada al entendimiento de cada uno, sea en lo íntimo de las conversaciones familiares o en los paseos y en los juegos conjuntos en contacto con la naturaleza, que la espiritualidad está en todas las cosas en su alrededor y, por eso, ella es muy importante en la vida de las personas, tanto en los pensamientos que vibran y en los sentimientos que demuestran, cuanto en las acciones que practican, pues accionarán de esa forma al recibir, en el momento oportuno y conforme al nivel de adelantamiento espiritual ya alcanzado, el camino evolutivo que recorrerán en sus vidas en la edad adulta.
Traducido al español por Adelina González Bermúdez