El Racionalismo Cristiano prioriza el respeto al libre albedrío de las personas, por tanto, por el respeto a las acciones y a la voluntad de los seres humanos. El Todo Universal es regido por leyes evolutivas, que son naturales e inmutables, y a ellas todas las partículas del Principio Inteligente están sujetas. Siendo la evolución espiritual un proceso lento y gradual que implica en innumerables pasajes del espíritu por el planeta escuela Tierra, se concluye que el progreso evolutivo no da saltos. Por tanto, los fenómenos de la encarnación y de la desencarnación del espíritu deben ser encarados como acontecimientos naturales en la vida humana.
Así como los aspectos educacionales y culturales de una agrupación humana reflejan su padrón social, las personas que no consiguen soportar el fallecimiento de seres queridos muestran poco esclarecimiento espiritual y, de cierto modo, el nivel de evolución que ya alcanzaron.
La evolución del ser humano como espíritu encarnado requiere estudio disciplinado de la espiritualidad y auto conocimiento. A medida que adquiere mayor convicción sobre la vida fuera de la materia física, el se conforma más fácilmente con la pérdida de parientes y amigos. Esa dificultad viene para todos sin distinción, y debe ser encarada con valor, coraje y frente erguida, pues representa oportunidad de mayor evolución espiritual.
Siendo así, el principio fundamental de la vida en el Universo es la evolución. Para eso, es importante que el ser humano perfeccione los atributos espirituales innatos. La fuerza de voluntad es fundamental para que no dejarse influenciar por atracciones de la materia física, no dejándose atraer por vicios, no dejándose envolver por comportamientos inadecuados, como la mortificación en lugar del recuerdo.
Para eso, es preciso que el ser humano tenga reglas en el vivir: trabajar, estudiar, tener descanso moderado en actividades saludables, son deberes obligatorios y buenas actitudes, pues nada sucede por acaso en la vida, suerte, azar, destino, no existen. La cualidad buena o mala de los frutos que el individuo recoge, resulta de la buena o mala siembra hecha por él y nada más.56
De esa forma, tengan buenos pensamientos y sentimientos, sean optimistas, evolucionen recorriendo el camino del bien, para tener el vivir más ameno junto a los seres amados. Muerte solo existe la del cuerpo humano, pues el espíritu es inmaterial, indestructible y eterno. El amor espiritual siempre permanece, nunca desaparece con el apagar de la vida física.
Antonio Cottas
Todos deben tener confianza en sí mismos. quien confía en sí, conoce su potencial y vence los obstáculos que surgen en el camino. El individuo espiritualmente esclarecido sabe que el pensamiento es todo en la vida. Pensamiento fuerte y elevado es capaz de modificar el rumbo de la vida de quien quiere que sea. Pensamientos de debilidad y sentimientos pesimistas emitidos por personas que creen que nada resulta oportuno en su vivir cotidiano muestran que no confían en sí mismo.
¿Por qué continuar intentando en algo que sea verdadero?- preguntan muchas personas ya cansadas de la vida que llevan. Pero la vida no es para ser tomada con desánimo. Es preciso esfuerzo y coraje para enfrentar las luchas diarias, porque el mundo está hecho de luchas a ser vencidas con gallardía. El luchador se torna espiritualmente más fuerte con cada victoria, se siente mejor capacitado para enfrentar las imperfecciones humanas, con sus injusticias, ingratitudes y desengaños. El débil de espíritu pone la culpa de su fracaso en los inexistentes destino y azar, o en quien considera enemigo, por creer que le desea algún mal.
La persona que piensa con altivez, cuida de los deberes con esmero, acciona con honestidad y no desea mal al semejante, sabe que nada negativo le sucederá, viniendo de que fuente fuere. Consciente de su valor, consolida el carácter en el rigor del trabajo honesto y, así, recorre su camino evolutivo con dignidad.
Invitamos a los estudiosos del espiritualismo para que usen el raciocinio al leer los libros doctrinarios editados por la Casa Jefe y a oír con atención lo que es dicho en todas las casas racionalistas cristianas. Reflexionen sobre todo lo que oyeron y leyeron, y saquen las propias conclusiones. Ciertamente reconocerán sus errores, procurarán los puntos precisos que deberán ser hilvanados en el ropaje de la vida.
Siempre incentivamos a los racionalistas cristianos a ser fuertes, porque las personas fuertes de espíritu se comportan en los moldes de una conducta moral insuperable, no corrompen la dignidad, pautan sus vidas en el principio de la honestidad. Estudien el Racionalismo Cristiano, la filosofía espiritualista que posibilita el entendimiento de la Vida del Universo en su aspecto amplio y constructivo.
Humberto Rodrigues
Traducido al español por Adelina González Bermúdez