Finaliza año, comienza año, en la vida todo pasa, tanto los buenos momentos como los difíciles de ser resueltos.
Aun, lo que de mal acontece sirve de experiencia en el proceso de evolución espiritual, que es eterno. Los seres humanos son lo que ya tienen en el bagaje evolutivo y lo que conquistan en la formación de la personalidad en determinada existencia, de ahí unos creen que son uy poderosos en cuanto otros piensan tener gran sabiduría, y por ahí va. Pero llega el día en que constatan que no valen mucha cosa así, pues son impotentes para vencer las dificultades que aparecen de sorpresa, casi siempre resultantes de la poca espiritualidad que poseen.
Entonces, por que tanto orgullo, tanta ostentación y vanidad? Las personas deben pensar bien, raciocinar con lucidez y lógica sobre los hechos de alrededor, para de ellos sacar conclusiones sensatas. Deben ser, por tanto, personas no apenas en la forma, como en lo profundo. De igual manera deben acudir a los individuos que sufren, darles confort y paz espiritual, pero sin orgullo, ostentación o vanidad. Todo lo que es hecho en anonimato tiene mayor valor y anónimos deben ser todos los que se proponen a suavizar los sufrimientos humanos como personas útiles a la colectividad.
Luego, no adelanta alimentar vanidades, porque están en el planeta escuela Tierra sujetos a las vicisitudes de este mundo. Ayuden al semejante sufridor con el verdadero sentimiento de la solidaridad, y nunca para mostrar a terceros el gesto generoso practicado, que solo revela vanidad.
El Racionalismo Cristiano es una filosofía de vida que enseña a las personas a ser cumplidoras de los deberes, útiles a sí mismas y a los semejantes, por tanto criteriosas y solidarias, valerosas y desprendidas de vanidades.
Son esas cualidades del carácter que concitamos tener las personas que siguen por libre y espontánea voluntad la disciplina fortalecedora, los principios esclarecedores y las normas de conducta espiritualistas del Racionalismo Cristiano, para que puedan enfrentar y vencer los desafíos de la vida en cada año.
Luiz de Mattos
En cada inicio de año, las personas en general tienen el hábito de querer renovar su manera de ser, sobre todo en los procedimientos que menos les gustan.
Pero esa modificación para mejor queda en la mayoría de las veces en el ámbito material. Justamente lo contrario de lo que propone el Racionalismo Cristiano a aquellos que frecuentan las casas racionalistas cristianas, que es espiritualizarse mediante el estudio esclarecedor de esta filosofía de vida y la práctica de su disciplina fortalecedora del alma.
Al introducir la innovación espiritualista en la individualidad, con sinceridad y honestidad de propósitos, visando un único interés, que es el de tornarse mejores al eliminar ideas fijas, las personas pasan a tener procedimientos correctos, a evitar las irritaciones por cosas banales, las incomprensiones e intolerancias que cargan por años y años, pues se tornan mejores al dejar de vivir de forma irreductible, al no más recusarse a eliminar del alma pensamientos y sentimientos negativos.
Estudiar la verdad espiritualista defendida por el Racionalismo Cristiano es el ser conocerse no apenas a sí mismo, sino a los semejantes, ambos con cualidades y defectos, por que los estudiosos de la espiritualidad tienen esa concientización, ellos cambian, se renuevan. Son orientaciones que las Fuerzas Superiores dan a los asistentes de las reuniones públicas año tras año.
Siendo así, las personas deben renovar sus pensamientos y sentimientos no apenas en el pasaje de año, sino en el día a día de siempre, pues tal actitud lleva al encuentro de la evolución espiritual que todos buscan. Si la vida ha sido ruin hasta ahora, cambie para mejor cambiando los pensamientos y sentimientos que traen amarguras, angustias o preocupaciones excesivas, pues la lógica espiritualista, si adoptada, indica un vivir sereno y comprensivo.
Por tanto, esa es la invitación que las Fuerzas Superiores, como porta voces en el campo astral del Racionalismo Cristiano, hacen a los seguidores de esta filosofía de vida a nada comparable, en el sentido de que se fortalezcan, esclarézcanse y espiritualícense siguiendo los principios que defendemos, conquistando la felicidad que tanto quieren en el próximo año.
Humberto Rodrigues
Traducido al español por Adelina González