Cuando el ser humano sabe pensar, él se sirve de esa vibración del espíritu: el pensamiento; para defenderse de las situaciones más tristes o críticas por la que pasa. Pero, cuando no sabe pensar, cuando duda, cuando es débil, él falla, y, fallando el pensamiento, falla también en la búsqueda del éxito. El pensamiento bien irradiado da seguridad, libera a la persona de seguir opiniones ajenas. Luego, es con pensamiento firme, con voluntad inquebrantable de vencer, que la persona se lanza en la vida con coraje y determinación, con la convicción de que será victoriosa.
Hay mucha gente que no sabe pensar, y ni da valor a eso. Tenemos certeza absoluta de que es en el pensamiento bien irradiado que reside la seguridad de los seres humanos en su existencia terrena. Si todos supiesen pensar bien, la vida en el planeta sería otra, pues encontrarían en sí mismos la fuerza necesaria para vencer los obstáculos que encontrasen por delante. Como muchos no saben pensar, esos viven por vivir, trabajan por trabajar, para defender el pan de cada día. Pero vacilan al menor obstáculo, y aumentan las consecuencias de los problemas. No piensan que puede existir o suceder algo mejor; piensan después en el mal, en la desgracia, en enfermedades, se creen unos infelices. Son esos pensamientos sombríos que pueblan la mente humana. Y por más que procuren educar la mente, para pensar bien, encuentran dificultad en hacerlo. No piensen mal; por peor que la vida les parezca, nunca piensen de forma negativa. Al no pensar en desastres, muertes o fracasos, la vida se tornará mucho más suave. Sepan, por lo tanto, irradiar buenos pensamientos y, así, estamos seguros de que serán bien sucedidos y mucho más felices.
Luiz de Mattos
Los espíritus encarnan para luchar por su evolución a través del estudio y del trabajo. En vista de eso, los seres humanos deben perfeccionar sus atributos espirituales con esfuerzo, dedicación y perseverancia, reconociendo las imperfecciones enraizadas en el subconsciente. Aún observamos que algunas personas viven en el ocio, otras en la opulencia, otras quieren todo de manera fácil desde tierna edad. Nada producen de sensato, porque prefieren vivir la ilusión de las efímeras facilidades del mundo físico. Acumulan bienes materiales, sin embargo se alejan de los objetivos a que se impusieron en sus mundos de estadio (preparación). En determinado momento de sus vidas, sienten un vacío en el alma, y pasan a procurar algo que llene ese vacío, pues la conciencia reclama el cumplimiento de los deberes espirituales.
Las personas deben ser activas no apenas en las tareas profesionales que desempeñan. Tener carácter constructivo significa mantener pensamientos elevados y buenos sentimientos, ser solidario, amar y respetar al prójimo, extendiéndole la mano siempre que precise. Colaboración constructiva significa por encima de todo practicar el bien, hacer parte de las fuerzas virtuosas que actúan en el mundo físico.
Sepan que pensamientos bien vibrados y buenos sentimientos se estampan en el campo áurico de cada ser, como un libro abierto a ser leído por espíritus desencarnados, de la misma forma que se lee un libro con los ojos físicos. Por lo tanto, nada puede ser escondido en la vida espiritual. De acuerdo con la forma como vibran sus pensamientos y sentimientos, atraen corrientes vibratorias afines. Por eso, afirmamos todo el tiempo: quien piensa bien atrae el bien y quien piensa mal, atrae el mal. Esta afirmativa guarda en sí la ley evolutiva de atracción, que, por ser natural e inmutable, nunca falla.
Los seres cuyas acciones son constructivas se religan a los campos espirituales elevados a través de buenos pensamientos, sentimientos y actos, estando siempre limpios síquicamente, aptos a tomar buenas decisiones. Señores de sí mismos, jamás se dejarán envolver con las máculas del mundo físico, como los vicios, pues sabrán utilizar el libre albedrío y la fuerza de voluntad dirigidos para el bien.
Por lo tanto, luchen por la evolución, trabajen, estudien, pues el esclarecimiento espiritual es muy útil. Las enseñanzas explanadas por el Racionalismo Cristiano deben ser aplicados a todo momento en lo cotidiano, para que sepan conducirse de forma serena, con honradez, dignidad, coraje y valor, independientemente de lo que precisen enfrentar, pues es el deber de todos.
Nada en la vida sucede por acaso. Entonces, recojan las enseñanzas que el vivir propicia, a través del mirar profundo para dentro de sí mismos, cuando podrán reconocer las propias imperfecciones. Dejen de colocar la responsabilidad de lo que les ocurre de ruin sobre los hombros de terceros, pues eso no es correcto. El individuo traza su futuro a través de la forma como piensa y acciona, de manera cómo utiliza el libre albedrío en el presente. Siendo así, no vivan engañados, no pierdan el tiempo. Estudien la espiritualidad, para que puedan escalar peldaños más elevados de la escala evolutiva. Cumplan sus deberes, contribuyendo para el progreso espiritual de sí mismos y de la humanidad.
Humberto Rodrigues
Traducido al español por Adelina González Bermúdez