Acostumbramos aconsejar a las personas para que estén atentas a sus tendencias. Las que quieren vivir en armonía con familiares y amigos deben estar vigilantes con las debilidades que traen en lo íntimo.
Muchos individuos piensan que actúan por actuar. Creen que la forma de proceder hace parte de su personalidad. Puede hacer parte, sí, pero deben saber que pueden cambiar sus hábitos. Mantener sentimientos negativos como si ellos no pudiesen ser mitigados del cuerpo fluídico es error que cometen.
Dice un proverbio popular: “Árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza”. Pero su significado está desfigurado, porque ninguna planta nace rígida, toda muda es maleable, flexible. Luego, todo ser humano puede cambiar su comportamiento para mejor. Quien tiene tendencia para la maledicencia, un gran defecto del carácter, si no estuviere vigilante, siempre caerá en armadillas idénticas: de hablar mal de las personas o de criticar quien quiere que sea. La persona insegura, que tiene miedo de todo o la tendencia para impresionarse con cualquier cosa ruin, debe eliminar ese trazo de la personalidad y confiar en sí misma, para vencer, sobre todo, las intuiciones de espíritus del astral inferior que son por ella atraídos, pues pensaban y actuaban de la misma forma cuando estaban encarnados.
Golpeamos siempre en la misma tecla al aconsejar a las personas en el sentido de que eviten pensamientos y sentimientos negativos, controlándose, inclusive, la tendencia de irritarse por cualquier cosa, para tener una vida más tranquila al ocuparse consigo mismos.
La Tierra es un planeta escuela, como son escuelas espiritualistas las casas racionalistas cristianas. Por tanto, los seres humanos en general y, en especial, los asistentes de las reuniones públicas de nuestras Casas, están siempre delante de los test que la vida indistintamente proporciona a todos. Por eso, deben estar atentos, para no debilitarse espiritualmente. Quien habla mal de los otros atrae pensamientos de igual tenor maléfico, quien es miedoso llama para si inquietudes de la misma intensidad, quien piensa en noticias ruines se envuelve con los sentimientos que generan los hechos divulgados.
La vida no es difícil de ser vivida, desde que se comprenda el hecho real de que las personas tienen niveles de desarrollo espiritual diferentes, que las distinguen unas de las otras. Por eso, es natural, hace parte de la vida, los disentimientos entre familiares, amigos y compañeros de trabajo. Pero de ahí tornar las pequeñas discusiones para el terreno de altercados que humillan, que maltratan, es demostrar poca espiritualidad y causar sufrimientos, que llevan a muchos a contiendas, a la pérdida del sueño, ocasión en que, con tranquilidad, reconocen que podrían haber evitado el acontecimiento si hubiesen raciocinado antes, si hubiesen pensado mejor antes de proferir palabras destructivas o accionar de forma inadecuada.
Por que tantos individuos tienen necesidad de humillar, de maltratar, de ofender a los semejantes? Porque son tendencias negativas entrañadas en el cuerpo fluídico traídas de sus mundos de estadio espiritual, son propensiones inconvenientes acumuladas en las innumerables existencias del espíritu encarnado en razón del insistente mal uso del libre albedrío. Para esos existen los desafíos terrenos, los test que la vida ofrece, como dijimos, porque nadie tiene el derecho de tratar mal a las personas. Entonces, es preciso que todos queden vigilantes a los pensamientos y sentimientos, para que haya tranquilidad espiritual y progreso material.
Antonio Cottas.
Es muy importante para las personas que frecuentan las casas racionalistas cristianas entender lo que ocurre durante las reuniones públicas, a fin de que tengan mayor progreso espiritual. En medida que comprenden la naturaleza de los trabajos en ellas realizados, pasan a tener una visión más amplia de la vida. Perciben que el ser humano en evolución en la Tierra es mucho más que su cuerpo físico, pues es también constituido de espíritu y cuerpo fluídico, tiene facultades, atributos y ciertos dones más afinados, como son los mediúmnicos. El conocimiento de ese conjunto de características propias de la partícula del Principio Inteligente ya consciente de su libre albedrío hace con que los asistentes avancen cada vez más por el camino evolutivo que escogieron en sus mundos de estadio espiritual.
Para los racionalistas cristianos convencidos de los principios doctrinarios y de su disciplina fortalecedora del alma, evolucionar espiritualmente es tomar para sí la responsabilidad de la propia vida. Vencer los reveces por los que pasan, superar con calma y confianza las dificultades propias del vivir terreno, porque aprendieron a lidiar con ellas, nunca perturbándose síquicamente, son procedimientos que muestran distinguir la realidad de la vida espiritual, la verdadera vida, de las creencias religiosas que la mayoría de las personas adoptan.
Por tanto, el comparecer a las casas racionalistas cristianas tiene gran significado. Es muy importante, insistimos, que los asistentes de las reuniones públicas observen los trabajos realizados, procuren interiorizar las enseñanzas que oyen, para crecer en espiritualidad.
Humberto Rodrigues
Traducción al español por Adelina González Bermúdez