“Rechazar los pensamientos negativos con el poder del atributo de la voluntad.”
Cuando los seres humanos comprenden que son espíritus en evolución en posesión de un cuerpo físico en cada existencia en un mundo de escolaridad como es la Tierra, luego perciben que en el planeta no existe nadie perfecto, que sus habitantes tienen atributos naturales para mejorar en la consolidación del carácter y algo que aprender en la formación de la personalidad durante las cuatro fases de la vida: infancia, juventud, madurez y vejez.
En ese proceso continuo de progreso material y crecimiento espiritual, es previsible que, por ser imperfectas, las personas cometan errores, sin embargo las faltas humanas, en la visión espiritualista del Racionalismo Cristiano, sean consideradas oportunidades de aprendizaje evolutivo.
No queremos decir que con eso los seres humanos deben equivocarse para evolucionar espiritualmente, sino que al contrario. Deben, si, esforzarse al máximo para equivocarse lo mínimo, teniendo siempre en mente que, si ocurriere las equivocaciones precisan ser analizadas detenidamente, a fin de ser evitados en el futuro con procedimientos racionales y equilibrados, para que no ocurra el sentimiento de culpa en relación a terceros perjudicados.
Cualquier error humano comienza mucho antes del hecho real que lo consumó. El se inicia cuando la persona tiene pensamientos materializados y cultiva, por ejemplo, sentimientos de odio, envidia o malquerer y, en razón de la ley evolutiva de atracción, se liga a las corrientes vibracionales de igual naturaleza e intensidad, que turban el raciocinio y provocan acciones que conducen al error, dificultando o mismo impidiendo que ella alcance planos más elevados de crecimiento espiritual.
Los errores también ocurren cuando alguien se deja llevar por otros sentimientos inadecuados, como la codicia, egoísmo y vanidad, basta ver a quien ejecuta un proyecto más preocupado con su prestigio personal y social y menos interesado con el pretendido resultado relevante para la colectividad, escondiendo, por lo tanto, la motivación equivocada, lo que impide el desarrollo de los atributos en su máxima potencia por estar comprometidos, en ese caso, la sensibilidad, el autodominio y la propia madurez espiritual.
Por lo tanto, es necesario ejercer el poder del atributo de la voluntad, siempre que ocurran pensamientos negativos y sentimientos inapropiados, con el fin de rechazarlos. Siendo así,tener disciplina en la vida es de fundamental importancia y ella comienza por la del pensamiento, pero también alcanza a otros segmentos del vivir cotidiano, como tener horas ciertas para todo evitando los excesos, inclusive los vicios físicos y morales, a fin de tener salud integral compatible con una vida reglamentada y honesta, porque posibilita a los seres humanos enfrentar todo con una toma de buenas decisiones, porque disculpas y perdones no anulan las consecuencias de las acciones inadecuadas.
Para eso, disciplinen el vivir, haciendo la limpieza psíquica diariamente en sus hogares, siempre precedidas por quince minutos de auto reflexión, con el fin de aprovechar el pasaje por este mundo utilizando el conjunto acumulado en el subconsciente de aprendizajes recogidos en vivencias pasadas, bien como usando sus valiosos atributos espirituales, por ejemplo el del raciocinio, en los momentos de reflexión, del dominio propio, en los momentos que exigen disciplina, capacidad creativa, en los momentos que piden acción, y de la voluntad como fuerza motora de esos y de tantos otros atributos que ayudan a los seres humanos a vivir bien.
Traducido al español por Adelina González Bermúdez