Lectura del mes – enero 2013

¡Cuántos males podrían ser evitados si hubiese firmeza de carácter! Las personas espiritualmente esclarecidas hacen buen uso del libre albedrío, piensan con acierto, colocan en práctica lo que idealizan, estando, así, en condiciones de enfrentar la vida con sabiduría. Hay muchos modos de vivir, hay muchos modos de accionar y, por esa razón, constantemente el Racionalismo Cristiano golpea en la misma tecla, llamando la atención de las personas para que puedan caminar con seguridad por el sendero certero de la vida. Saliendo del camino correcto para caminar por atajos tortuosos, nadie podrá conseguir la victoria deseada, pues estarán sujetas al sufrimiento causado por los errores cometidos.

Los seres humanos tienen gran responsabilidad en este mundo: el mal es no saber cumplir sus deberes, tomando a serio lo que la vida le impone. La responsabilidad mayor es la manutención del hogar, pues de él salen mujeres y hombres dignos, verdaderos ciudadanos. En el  hogar donde no existe moral no puede haber atracción de las Fuerzas Superiores. Si los padres supieren mantener la personalidad, mucho podrán hacer en defensa de los hijos contra los malos elementos, cuidando de ellos con firmeza y cariño, procurando educarlos dentro de los principios racionalistas cristianos y de su disciplina fortalecedora. Para vivir bien en este mundo es necesario tener disciplina y orden.

Las casas racionalistas cristianas son escuelas que espiritualizan. Los seres que crecen en espiritualidad a la sombra de sus enseñanzas, si fueren buenos alumnos, servirán de ejemplo, y el ejemplo es todo en la vida. En nuestras Casas no se dan espectáculos, no se miente, todo lo que es hablado es sincero, porque se tiene respeto y consideración por los asistentes que a ellas comparecen en las reuniones públicas. No hay sensacionalismo y no son aceptados impostores en sus cuadros. Esclarecemos con franqueza, lealtad, diciendo a los frecuentadores lo que deben escuchar.

Los doctrinadores y demás militantes de las casas racionalistas cristianas no ahorran sacrificios. Con espíritu de renuncia y pensamientos elevados, forman corrientes fluídicas  que atraen a las Fuerzas Superiores, que derraman sus fluidos benéficos sobre los que quieren despertar para la espiritualidad, que procuran la felicidad que está dentro de cada uno. Quien bien hace para sí lo hace. Quien no tiene moral jamás atraerá la presencia del Astral Superior.

El Racionalismo Cristiano muestra el lado correcto de la vida, para que todos tengan esclarecimiento espiritual, caminen con seguridad y personalidad, sepan vivir como seres humanos útiles a sí y al semejante.

Luiz de Mattos

 

 

El Racionalismo Cristiano es la ciencia de las ciencias, en las palabras de Luiz de Mattos. El médico brasileño Antonio Pinheiro Guedes así también consideró ser el espiritismo, conforme se lee en el libro de su autoría titulado “Ciencia espírita”, que escribió al final del siglo diecinueve. Ese ensayo literario, como tantos otros estudios de varias escuelas filosóficas, contribuyó para la codificación de la doctrina racionalista cristiana por Luiz de Mattos.

Los libros editados por el Racionalismo Cristiano deben ser leídos por los estudiosos de la espiritualidad. Tenemos certeza de que pueden comprender en esencia esas obras, al alcance de cualquier investigador. Unos aprenderán con más rapidez, otros serán más lentos, pero, siendo esforzados, asimilarán algo todos los días. Aprenderán que los individuos moderados muchas veces se callan, para no alterar los ánimos. Aprenderán que los virtuosos no admiten injusticias, que los seres verdaderos repudian la mentira.

Recomendamos que también lean otras obras filosóficas. La buena lectura debe hacer parte de lo cotidiano, los buenos libros deben estar en los estantes de los estudiosos. Hay individuos que aprecian lecturas perniciosas, pero, cuando resuelven pensar con elevación y accionar bien, dejan de lado todo lo que es nocivo e inútil. Los seres tienen que ser honestos en todo su vivir, a través de los pensamientos, de las palabras, de las acciones.

Conócete a ti mismo, se afirmaba en el pasado, y los seres conscientes tienen por obligación conocerse como Fuerza y Materia, como cuerpo y alma, afirma el Racionalismo Cristiano en el presente. Por eso, esperamos que tomen otro interés en el conocimiento de la vida espiritual, para dejar de pedir protecciones. Deseamos verlos desenvolviendo su trabajo con ponderación, moderación, justicia y valor personal. Cuando resolvieren aceptar ese aprendizaje diario, serán honestos, en el sentido amplio de la palabra.

Muchos seres piensan que son honestos apenas los que pagan deudas materiales. Debemos pagar no sólo las deudas materiales, para librarse así de la fama de mal pagador, como también de las espirituales, que serán obligatoriamente rescatadas,  más tarde o temprano. Pueden considerarse mal pagadores los que no consiguen saldar sus deudas espirituales, pues no se esfuerzan para eso. Dejan pasar el tiempo y no perciben que la desencarnación se aproxima. Cuando el espíritu volviere a su mundo de “estagio” (preparación) verificará los errores acumulados, y se obligará a nueva encarnación.

Las personas honradas pueden aprender mucho, dentro de sus posibilidades. Tenemos certeza de eso, porque en las casas racionalistas cristianas se dice lo que los asistentes de las reuniones públicas necesitan oír, para su esclarecimiento espiritual. Los estudiosos no se detienen en su caminar en busca del conocimiento. Desarrollan la inteligencia, el raciocinio, las aptitudes, cuando de hecho desean desarrollarlos.

Las Fuerzas Superiores están en nuestras Casas para esclarecer espiritualmente a los asistentes y sacar las cargas fluídicas negativas que acompañan a muchos de ellos, por mantener pensamientos enfermizos. Pensar bien es atraer el bien. Los que piensan bien no tienen junto a sí espíritus del astral inferior, que intuyen para el mal, que avasallan, que traen y transmiten miasmas y enfermedades. La seguridad de los seres humanos está en el equilibrio mental, en el pensamiento dirigido para el bien, en el modo de encarar la vida con honestidad y valor.

Por lo tanto, el aprendizaje debe hacer parte de la vida de todos. Pongan en práctica lo que aprendieren, dando buenos ejemplos. Los consejos servirán de estímulo en ese aprendizaje. Aprendan y pongan en práctica las lecciones. Aprendan para enseñar.

Antonio Cottas

 

Traducido al español por Adelina González Bermúdez