Doctrinación de LUIZ DE MATTOS
Todos tienen su manera de ser. Muchas veces las apariencias engañan y ni siempre lo que parece verdadero, sincero y leal lo es en la realidad. Hay personas que tienen dos caras y las demuestran conforme la oportunidad y la conveniencia. Es necesario tener mucha cautela con quien procede así, pues quien muestra dos caras no tiene escrúpulos. En este mundo de tanta miseria moral, la hipocresía y la mentira infelizmente predominan la personalidad de muchos seres.
Los esclarecidos por el Racionalismo Cristiano no aceptan falsedades ni mentiras. Son leales y sinceros, caminan de frente erguida, pues nada les perturba la conciencia. Viven de alma abierta.
La Doctrina enseña respetar el libre albedrío de las personas, como tolerar los errores ajenos. Cada uno tiene derecho a opinar como quiere, accionando de acuerdo con la conciencia y respondiendo por sus actos. Quien se esclarece por los principios racionalistas cristianos cuida de sí, sin ocuparse de la vida ajena. Cuando la conciencia dicta que se está en lo cierto no hay por que preocuparse con juzgamientos de terceros. El vivir en la Tierra se tornaría mucho más agradable si cada uno cuidase únicamente de su propia vida. Todo aquel que se intromete en la vida de los otros es un infeliz, mientras que vive satisfecho y tiene paz de espíritu quien cuida exclusivamente de la suya.
Por lo tanto, el Racionalismo Cristiano orienta que las personas sean verdaderas, recomienden a los niños y a los jóvenes que no mientan jamás, para no tornarse adultos fingidos. Quien hoy dice una cosa y mañana se desdice demuestra carácter mal formado. Sepan pensar bien y accionar mejor, para tener la conciencia tranquila.
ANTONIO COTTAS en la semana del primer congreso mundial del Racionalismo Cristiano, realizado en la Casa-Jefe.
Reunión Pública de 22 de noviembre de 2010
Hoy, iniciamos la semana conmemorativa de los cien años del Racionalismo Cristiano, una doctrina joven. Cien años es muy poco. ¡Cuánto ha sido hecho! ¡Cuánto trabajo realizado para esclarecer a la humanidad! Esta humanidad que tantas veces mal orientada se desorganiza. Comienza a desorganizarse dentro de los hogares, donde la organización debería comenzar a ser fuerte.
En el Racionalismo Cristiano no determinamos nada a nadie. Apenas alertamos, orientamos, para que el sufrimiento, que todos muchas veces tienen que pasar, sea aminorado por la comprensión. Cuando se comprende, cuando se sabe lo que está pasando, el sufrimiento queda aminorado. No deja de tenerlo, pero pasa a ser más leve.
Luiz de Mattos, cuando implantó el Racionalismo Cristiano, implantó también la libertad espiritual, aquella que todos deben tener. Nadie cercena a nadie, nadie dice haga esto o aquello o aquí está prohibido esto o aquello. Dentro de las casas racionalistas cristianas no existen prohibiciones. Existen el alerta y el esclarecimiento, aquella lucha férrea para errar menos, para no sufrir tanto, para no hacer sufrir a otros. Ésta es la base del Racionalismo Cristiano. Es por ese motivo que se dice: todos tienen su libre albedrío. Cada uno tiene que saber lo que está haciendo. Muchas veces se desvirtúan, pero podemos decir, no traen grandes consecuencias; pero también vienen los de graves consecuencias, aquellos que muchas veces dejan marcas tanto en el cuerpo como en el espíritu.
El Racionalismo Cristiano es, sí, una doctrina joven, porque muchas existen en el mundo Tierra que son milenarias y cuan poco esclarecen. Es el Racionalismo Cristiano en su camino, en su marcha, una marcha rápida, porque cien años es muy poco para una doctrina tan esclarecedora, para una doctrina que tantos beneficios ha hecho para la humanidad. ¡Cuánto esclarecimiento! Cuantas luchas para que los seres humanos se entiendan, para que aquellos que determinan, que dan las órdenes, cada uno en su nación, cada uno en su país, entiendan que aquí, como ya fue dicho en la cabecera de la mesa, es una escuela a que todos vienen, sí, con problemas, para poder aprender a saber vivir.
¿Lo que es saber vivir? Es tener comprensión, es entender al otro. Es no crear desunión dentro de la familia, en el local de trabajo, en la convivencia, porque todos son hechos de la misma materia. Todos son iguales, no existen diferencias, pues el cuerpo es igual. Lo que varía es el pensamiento, es el esclarecimiento. Cuantas familias tienen un esclarecido, pero cuatro o cinto familiares hacen la desunión. Es por eso que aquel que es esclarecido tiene que trabajar mucho, para demostrar a aquellos que no comprenden la espiritualidad, que necesitan estudiarla para aprender a vivir.
Amigos: a todos los que aquí están, que vinieron de sus estados, de sus países, el reconocimiento de las Fuerzas Superiores, porque vemos que cada vez más nos expandimos. Es esta unión fuerte de todos que no deja fallas, que de manos dadas caminan cada vez más para el esclarecimiento de la humanidad.
Son palabras llenas de entusiasmo, porque son cien años de una doctrina que es de todos en el mundo-Tierra. Es realmente de entusiasmar hasta a un espíritu que, cuando encarnado, vibraba con cada año que pasaba, que en cada década vibraba más aún. Dejo mi irradiación superior y encierro estos trabajos.
Traducción al español por Adelina González Bermúdez