Lectura del mes – marzo 2011

DOCTRINACIÓN DE LUIZ DE MATTOS

Ignorar las leyes comunes y naturales que rigen el Universo es un error que cometen los desconocedores de la espiritualidad. Marcan paso en la evolución y deambulan por este planeta escuela esperando milagros y temiendo lo llamado “sobrenatural”. Andan sin rumbo, no saben de donde vienen ni lo que hacen en el mundo, por no conocerse en su esencia como Fuerza y Materia.

¿Cómo podremos esclarecer a la humanidad si ella ha vivido solamente para la materia, llena de vicios y malos hábitos, envuelta en las debilidades espirituales? Y respondemos: a través del conocimiento de los principios espiritualistas explanados por el Racionalismo Cristiano.

Las supersticiones que abundan por toda parte, y que son observadas en la mayoría de los seres debido a una educación fuera de los preceptos de la razón del buen sentido, han concurrido para el atraso espiritual de gran parte de la humanidad. De igual forma contribuyen las necedades en que tantos se apegan, atenidos a las creencias y a los dones divinos que les inculcan.

Las personas que no tienen éxito en la vida es porque no creen en sí, no se esfuerzan, no saben querer. Confianza plena en la propia capacidad es el primer paso para el esclarecimiento espiritual. A seguir, es importante dar valor al pensamiento. Quien bien piensa bien atrae. Pensamientos de debilidad y de vacilación llaman a otros idénticos e igualmente nocivos, porque, como dijimos, conforme pensaren así serán. Dudas y temores damnifican el alma y al cuerpo físico, pues atraen fluidos de igual tenor e intensidad, causando desarmonía en la vida particular, en el hogar y en el trabajo.

Los que piensan con odio, envidia y celos atraen para sí los fluidos pesados de espíritus obsesores perversos. A los que tienen miedo de todo y de todos, cualquier enfermedad amedrenta. Basta saber que alguien sufre de esta o aquella molestia para que se atemoricen y crean que también padecen del mismo mal. Siempre que alguien con ese disturbio síquico procura una casa racionalista cristiana, en ella encuentra alguien preparado para levantar su moral, haciéndolo sentir que la enfermedad de que se juzga portador no existe.

Tengan voluntad propia, no dejándose llevar por la voluntad ajena. Tracen el propio camino y, así haciendo, vivirán con firmeza y paz espiritual, cumpliendo deberes. Es en el pensamiento bien irradiado que está la garantía del éxito del ser humano, pues el pensamiento es vibración del espíritu.

 

 

DOCTRINACIÓN DE ANTONIO COTTAS

El Racionalismo Cristiano, con sus enseñanzas espiritualistas, ayuda a los seres humanos en la evaluación de la vida que llevan. Innúmeros sufrimientos por los que pasan transcurren por la falta de conocimiento de lo que es la espiritualidad. Si no transgrediesen las leyes evolutivas, ciertamente evitarían muchas atribulaciones. Por eso, podemos afirmar: quien comparece a una casa racionalista cristiana y estudia la Doctrina hace una relectura de si mismo, expurgando del vivir hábitos viciosos y nocivos que tanto abaten la salud física y mental.

Los doctrinadores de las casas racionalistas cristianas esclarecen a los asistentes al explanar los principios doctrinarios en las reuniones públicas. Durante la limpieza síquica, son arrebatados espíritus obsesores con su influencia nociva, muchos de ellos que acompañan a asistentes. Esa higiene mental es benéfica al espíritu, porque lo fortalece. El ser humano precisa de vigor espiritual en el enfrentamiento de las durezas del día a día, para que piense y raciocine sobre las cosas serias de la vida. El mundo ofrece muchos desafíos, algunos muy difíciles de ser encarados, aunque, el espíritu evoluciona con la superación de los problemas. Revitalizado por nuevos conocimientos y buenas acciones se torna mejor.

¡Cuántos seres entran en nuestras Casas quebrantados y se fortifican el espíritu, transformándose en personas vibrantes y concientes de las responsabilidades ante sí mismos, de la familia y de la sociedad!

Es de fundamental importancia comprender la vida fuera de la materia. Pero, para comprenderla en su grandeza, es preciso estudiar el Racionalismo Cristiano. Será un buen comienzo para llegar al esclarecimiento espiritual posible en la Tierra.

 

Traducido al español por Adelina González Bermúdez