Lectura del mes – febrero 2012

DOCTRINACIÓN DE LUIZ DE MATTOS

Los años pasan y la vida por si misma va dictando modificaciones necesarias, a la que todos tienen que ajustarse. Está equivocado quien se torna insensible a los cambios, porque hacen parte del progreso del mundo y de la evolución espiritual del ser. Así siendo, aquel que no evoluciona, estaciona. Es preciso encarar la vida con seriedad y aceptar lo que es favorable a la evolución de cada uno. Todos tienen su modo de sentir, su manera de ser y su gusto. Querer hacer regla general es errar, porque no hay seres iguales.

La vida continúa año a año, y el progreso es necesario, ya sea el intelectual, material, espiritual. Los espíritus no vienen a este mundo para pasar el tiempo, pues reencarnan para evolucionar. El mundo sufre grandes transformaciones, y las personas, a su vez, son envueltas por ellas, en la mayoría de las veces sin apercibirse. Las que voluntariamente no acompañan el progreso están sujetas a errores, perjudicando considerablemente la evolución.

Deben hacer todo dentro de las normas de la razón y del buen sentido, con espontaneidad, lealtad y sinceridad, sobre todo con buena voluntad. Aquellas que así no proceden sufren las consecuencias de la incomprensión de la vida.

Juzgarse superior a los otros es vanidad. No hay superiores en el mundo. Todos tienen defectos, cometen errores, pero son dignos de consideración y respeto. Nadie debe juzgarse mejor que el semejante, porque eso concurre para su atraso espiritual. Hay mucho que hacer en el mundo, dentro de los moldes de la razón y del buen sentido, insistimos!

Caminen sin vacilar, con paso firme, voluntad fuerte y deseo de vencer. Caminen para el progreso. Caminando como orienta el Racionalismo cristiano, estarán en el rumbo cierto, sin que nada perjudique la marcha espiritual.

Habitúense a analizar los hechos que suceden, a conocer a las personas, a vivir bien con ellas, porque, como ya dijimos varias veces, vivir es un arte que ni todos tienen la capacidad de poner en práctica. Aprendan a vivir y accionen como personas criteriosas, ponderadas, moderadas y justas. Procediendo así, podrán conquistar la felicidad que tanto quieren.

 

 

DOCTRINACIÓN DE ANTONIO COTTAS.

Las vibraciones de malos hábitos deben ser sustituidas por vibraciones positivas. El pensamiento superior, positivo neutraliza las vibraciones negativas. Cada ser es responsable por sí mismo, por las elecciones que hace, por los caminos que decide seguir. En la vida hay muchos caminos, pero sólo existen dos corrientes: la del bien y la del mal. Muchos seres vienen al Racionalismo Cristiano convencidos de que son víctimas de espíritus obsesores, pero no consiguen ver su parte de culpa en la atracción de esos espíritus. El astral inferior solo avanza con el aval del espíritu encarnado. El ser que vibra de forma elevada, conciente de sí y de sus deberes, no sufre las acciones de espíritus obsesores quedados en la atmósfera fluídica de la Tierra.

Por lo tanto, mis amigos, existe, si, espíritus obsesores que hacen todo para aproximarse de los encarnados, pero todo espíritu encarnado tiene su libre albedrío y atributos superiores inherentes a la Fuerza Creadora en su esencia. Fortaleciendo su espiritualidad con elevación, los seres pueden hacer buen uso de esas herramientas espirituales y sólo así tener la asistencia y recibir los efluvios de las Fuerzas del Astral Superior. Piensen bien, muy bien, antes de accionar. Mismo que ciertas actitudes contraríen determinados sentimientos arraigados en su subconsciente, piensen, porque puede ser la oportunidad de un cambio positivo en sus vidas.

El astral inferior se aprovecha de los malos hábitos que los seres humanos cultivan. No son sólo los espíritus obsesores, directamente y solitos, que inducen al ser encarnado a cometer excesos, a viciarse de alguna forma. El espíritu encarnado, en algún momento de su vida, titubeó, accionó contra su propia conciencia y, así, atrajo la asistencia de esos espíritus. Todo espíritu encarnado precisa cuidar de la salud física, quedando alejados de los vicios. Hay espíritus del astral inferior que extraen anímicamente la contraparte etérea del los espíritus encarnados. Esos, por poseer vicios de bebida, cigarro y otros males, acaban atrayendo espíritus desencarnados afines.

Los espíritus quedados en la atmósfera fluídica de la Tierra no poseen cuerpo físico y el correspondiente doble etéreo. Entonces, la manera que ellos encuentran de sentir ciertas vibraciones y sensaciones de la materia es recostándose, posesionándose de un ser encarnado que vibra de forma análoga a sus intenciones. Ellos beben, fuman, se alimentan de todo que el encarnado practica. Hay espíritus que se alimentan absorbiendo los fluidos etéreos que circulan en la contraparte etérica de los nutrientes físicos. Los grandes obsesores, no obstante, no pierden tiempo con eso. Ellos inducen a los encarnados a hacer lo que ellos quieren y se nutren con energías absorbidas del cuerpo etérico de los espíritus encarnados.

Es lamentable, mis amigos, para nosotros, Espíritus Superiores, observar esas escenas. Pero libre albedrío es libre albedrío y debe ser respetado. Intuimos siempre a los espíritus encarnados para que concientemente y usando la razón, puedan ver la Fuerza que poseen dentro de sí mismos. Todo lo que acabamos de narrar es una triste realidad. El espíritu desencarnado, en las dimensiones síquicas, libre de las zonas de perturbación, no necesita de los fluidos anímicos de los espíritus sus hermanos en esencia encarnados, no precisan de los fluidos etéricos de los alimentos, de los objetos, de nada que pertenezca al mundo físico. Es la perturbación que hace a los espíritus del astral inferior accionar así, porque, cuando encarnados, no cumplieron sus deberes, se perdieron en si mismos, en sus sentimientos inferiores, defectos que no consiguieron combatir. Prefirieron registrar miles y miles de veces inferioridades en su subconsciente y acabaron siendo víctimas de las vibraciones que más alimentaron cuando encarnados.

En el Racionalismo Cristiano, orientamos a los seres para que se esclarezcan espiritualmente. No apenas para no ser víctimas del astral inferior, sino, principalmente, para no ser víctimas de si mismos. Todos pueden hacer buenas opciones. Los espíritus obsesores, sin un punto de apoyo, un polo de atracción, no tienen como permanecer en la atmósfera fluídica de la Tierra. Pierden sus energías, pueden ser rescatados por el Astral Superior y llevados para la dimensión espiritual a que son merecedores.

Por lo tanto, al pensar, amigos, son responsables de sí mismos y de los resultados que producen esos pensamientos. Espíritu esclarecido piensa en si y en todos. Procura, con coraje, no vibrar de forma negativa, porque sabe que entorpecerá a la propia conciencia y agravar la situación espiritual de los obsesores. Es mejor, siempre mejor, vencerse a si mismo, aunque al inicio cuesta sustituir las vibraciones negativas por las superiores. Las superiores son eternas; las negativas son pasajeras y dolorosas. Por eso, hagan la opción correcta que condice con la esencia de todos, de la Inteligencia Universal.

 

Traducido al español por Adelina González Bermúdez