Lectura del mes – marzo 2013

Los seres humanos mucho han progresado en términos materiales; espiritualmente, aún dejan mucho que desear. Es preciso que todos se convenzan de la necesidad de un esclarecimiento espiritual sólido, para que puedan vivir mejor. Lo que es material no tiene gran valor, es conseguido naturalmente, muchas veces sin gran esfuerzo. Pero los valores espirituales, esos son más difíciles de ser conquistados.

El progreso material observado en los diversos ramos de la actividad humana hasta el presente tiene por base las múltiples encarnaciones de almas en proceso evolutivo en este mundo. La acumulación de adquisiciones materiales y de conocimientos capaces de transformar la vida social del planeta es conseguido hoy con mayor facilidad que otrora. Son espíritus que se auxilian en el proceso de reencarnación, perfeccionando valores adquiridos en existencias pasadas, haciendo con que la humanidad produzca más y mejor, con menos esfuerzo.

La evolución del mundo se procesa con la evolución espiritual de la humanidad, todo obedeciendo a leyes comunes y naturales. Pero los seres humanos podrían evolucionar mucho más rápido. En el presente, tienen la posibilidad de conocerse mejor, dar al alma el esclarecimiento que tanto carece. Es preciso dejar de lado los preconceptos sociales y el bagaje retrógrado y viciado, acumulado con la práctica de tantas sectas. El ser humano debe pensar con independencia, dejar de lado todo lo que fuere basado en la mentira y en lo ostentoso, accionar con criterio y honra, y por encima de todo estudiar siempre. Todo progresa en el planeta Tierra, pero los seres humanos solo progresarán de hecho cuando fueren completamente independientes, sabiendo gobernarse, sabiendo querer, teniendo voluntad fuerte, cuando, en fin, no estuvieren más sujetos a dogmas asfixiantes.

Obediencia, debe cada uno a su propia consciencia, y esa obediencia debe presidir el raciocinio, para tener independencia de carácter. Nadie puede obligar al ser humano a adoptar lo que la conciencia repudia. Cada uno debe saber accionar por sí, teniendo sus ideas y sus sentimientos. Desde que haya raciocinio lúcido, por el estudio de la espiritualidad sabrá inmediatamente separar lo falso de lo verdadero, adoptando solamente lo que el alma dictare como cierto.

Lo que ha perjudicado considerablemente a la humanidad es vivir prisionera de conceptos filosóficos oscuros. El ser que se conoce como principio inteligente y materia sabe moverse por el orbe, tienen el alma iluminada, por saber que es partícula del Gran Foco. Sabe que es por los buenos pensamientos que atrae lo que precisa para auxiliarlo en el caminar terreno, repeliendo lo que concurre para perjudicar su perfeccionamiento, sea material, sea espiritual. Sabe, por lo tanto, que pensando bien estará dentro de la corriente del bien, y que sólo así podrá vencer adversidades y sufrimientos que pudiese llegar a tener.

La ley evolutiva de causa y efecto es un hecho. Sabiendo pensar, el ser humano será independiente, porque sabrá raciocinar, y, sabiendo raciocinar, sabrá accionar.

Luiz de Mattos

 

 

Es preciso que las personas estén atentas a los pequeños hechos que suceden diariamente, considerados insignificantes por muchos, encierran muchas veces oportunas lecciones.

Grandes acontecimientos pueden resultar en grandes aprendizajes. Todavía, pocas personas se dan el trabajo de prestar atención a los pequeños detalles de ciertos acontecimientos, que deben ser tomados en consideración. En una conversación aparentemente banal o en la lectura de una pequeña frase hay muchas veces enseñanzas que precisan ser acrecentados al aprendizaje individual. Si estuvieren atentos, obtendrán, a veces en las entrelíneas de un comentario, la respuesta que buscaban para una duda antigua, que creían apenas conseguir a través de conferencias culturales, de conversaciones prolongadas o de consulta a libros de muchas páginas.

Lo cotidiano es de gran importancia para todos los seres. Por eso, el día debe ser vivido con atención, sin quedar preocupados en caso no haya sido bueno. ¡Cuántos pasan los días preocupados con lo que le acontecerá a sí mismos, a los familiares, a los amigos! Hacen mil preguntas, inquietos hasta con el futuro del mundo.

Pierden las lecciones que el día ofrece, lecciones por cierto importantes, que dejan pasar por el exceso de preocupación con el mañana.

No queremos decir que el individuo no deba planificar un futuro mejor para sí y para la familia. Pero ese procedimiento es correcto, es diferente del comportamiento inadecuado de aquel que pasa el día preocupado con informativos que traen sentimientos de tristezas, de angustia, que lo tornan deprimido al preguntarse cómo será el día de mañana, lo que sucederá consigo mismo.

Presten atención amigos, presten mucha atención en el día a día. Observen todo a lo que se dedican, obteniendo lecciones de las cosas aparentemente insignificantes, pero que perfeccionan el intelecto y traen crecimiento interior.

Antonio Cottas

 

Traducción al español por Adelina González