Enseña la doctrina racionalista cristiana que, siendo vibración del espíritu, el pensamiento bien irradiado es de gran valor para su evolución. ¡Cuanta infelicidad es sembrada por malos pensamientos! ¡Cuántos beneficios espirituales pueden ser alcanzados cuando se piensa con elevación de sentimientos! Es muy triste constatar del desequilibrio síquico de gran cantidad de personas en una época de tanto avance material, de descubrimientos que asombran inclusive a aquellos de máxima percepción.
Por ser la espiritualidad la suma de los atributos del espíritu, se percibe que la humanidad está muy por debajo del nivel espiritual deseado. Son pocos los seres que investigan los porqués de la existencia. El Racionalismo Cristiano, al explanar de forma clara sus principios espiritualistas, ayuda a los que procuran entender la realidad de la vida. En posesión de esos conocimientos, pasan a usufructuar una vida más amena al colocarlos en práctica. Los esclarecidos viven con rectitud, asumen una actitud de elevación espiritual, dan ejemplos a los que caminan sin rumbo, por no tener noción de lo que vinieron a hacer en la Tierra.
Vivir es trabajar, es producir, es crear. El pensamiento tiene valor fundamental en la vida; cuanto más las personas saben pensar correctamente, mayor es la luz espiritual. Al conocerse como Fuerza y Materia, pasan a evitar los errores que antes cometían, dejan de sufrir las influencias de los malos ambientes. El Racionalismo Cristiano nada condena; quiere ver a la humanidad esclarecida, libre de las imperfecciones de toda naturaleza, de los sufrimientos que puede evitar.
Invitamos a todos al estudio de nuestras obras literarias y a frecuentar las casas Racionalistas Cristianas y vengan con voluntad de aprender, pues oirán lecciones valiosísimas. Puestas en práctica, mucho habrá a colaborar para el engrandecimiento espiritual y el progreso material. Los que estudian la Doctrina se sienten amparados en el perfeccionamiento continuo de sus propios atributos y consiguen llevar adelante sus ideales.
Luiz de Mattos
Aconsejamos que las personas sean ponderadas y moderadas, porque es a través de la ponderación y de la moderación que pueden salir victoriosas en la lucha por la vida. Reflexión, prudencia y comedimiento en los pensamientos y en las acciones apuntan caminos seguros y evitan errores innecesarios. Por lo tanto, ponderación y moderación son virtudes para ser ejercitadas continuamente por los seres humanos; precisan comprender que a veces deben saber esperar para acertar, que es preferible callarse para bien evaluar los procedimientos de los semejantes.
La conciencia del cumplimiento del deber también es factor relevante en la existencia de los seres humanos en la Tierra, Objetivos claros que hagan al espíritu acumular vivencias en su bagaje evolutivo y compromiso establecido por todos en los mundos de preparación. Así siendo, aprovechen bien el tiempo, realizando lo máximo que pudieren tanto en el medio familiar a como en el ámbito social y de trabajo, pues lo estarán haciendo para sí mismos.
Esas enseñanzas y muchas otras el Racionalismo Cristiano explana desde 1910 en sus Casas. En caso de que una u otra persona resuelva no seguir los principios doctrinarios nada más hace que cumplir lo que determina su libre albedrío. Respetamos de forma incondicional lo que el ser humano piensa y quiere. Tendrá que cargar con la responsabilidad de los actos impropios practicados, como consecuencia de la falta de criterio en el proceder. Tenemos satisfacción cuando alguien procura acertar, y, lamentamos la forma de ser de los indiferentes.
El Racionalismo Cristiano tiene por finalidad la espiritualización de la humanidad y su bienestar. Sabemos que perfección humana no existe en la Tierra. Evitar errores y practicar el bien, con ponderación y moderación en las actitudes y palabras, debe constituir el objetivo del ser humano como espíritu encarnado en evolución en el planeta.
Antonio Cottas
Traducción al español por Adelina González