Lectura del mes – abril 2007

COMUNICACIÓN DOCTRINARIA DE LUIZ DE MATTOS

Las cargas negativas que los espíritus traen de vidas pasadas se hacen sentir en la presente, porque de ellas no se de despojaron. En sus mundos espirituales, no tienen como superar sus errores y sus malas acciones. Entonces, los espíritus en falta precisan volver a la tierra para rescatar sus débitos las cargas negativas adquiridas en encarnaciones anteriores. Con todo, en las idas y venidas, muchos se olvidan del propósito de corregirse, afirmado andes de encarnarse.

El esclarecimiento espiritual sobre la vida fuera de la materia puede sacar del cuerpo fluídico esas manchas, poco a poco, mediante la fuerza de voluntad aliada a la disciplina, en continuo examen de conciencia. Solamente así, los seres humanos consiguen despojarse de los males y de las imperfecciones.

Los seres acostumbran dejar para después el análisis de sus imperfecciones, cuando deberían exigir de sí mismos fuerzas para aniquilar todo que los perjudica y que puede perjudicar a terceros. Es por la disciplina aconsejada en nuestras Casas que se consigue el dominio del yo, para que la franqueza no se haga sentir, para que la espiritualidad aumente en la lucha del día a día, con trabajo, con el cumplimiento del deber. Entonces, los defectos arraigados en el espíritu, traídas de encarnaciones pasadas, se van disipando, desapareciendo. Cuando hay descuido, poco caso, mala voluntad, o el dejar para mañana, para después, entonces nada es hecho.

El cuerpo es apenas materia. El espíritu lo comanda y decide que rumbo tomar. La fuerza de voluntad tiene papel fundamental en esa decisión. Cuando se escoge un camino, se debe escoger el de la rectitud, que a veces es mas largo, pero lleva al ser humano a un puerto seguro. A través de la disciplina y de la comprensión de lo que oyen en nuestras Casas, las personas se van amoldando, deseando mejorar, pues el espíritu quiere mejorar siempre. Por eso, las que se perfeccionan mejoran el ambiente donde viven. Los hechos que acontecen son comprendidos de otra manera, pasan a sentirse más seguras, para decir no a lo que es deshonesto o inútil, y a decir si a lo que pueda ayudar, sea en lo que fuere.

Lo libros que el Racionalismo Cristiano edita están al alcance de todos, y su contenido no es difícil de ser comprendido. Con voluntad de aprender, los que desean guardar las lecciones vuelven a las páginas que ya fueron leídas. Solo así van asimilando la lectura, comprendiéndola mejor, queriendo poner en práctica los enseñamientos. A los pocos el espíritu remueve las cargas negativas traídas de otras vidas. Para compenetrarse de que tienen deberes mas altos a cumplir en el futuro. Se prepara para nuevas luchas en la presente encarnación, se torna capaz de organizar su vivir.

Por lo tanto, procuren acertar siempre, y verán que en ese encuentro de aciertos llegarán a días mejores, porque la disciplina y la fuerza de voluntad dominarán los errores del pasado.

Se acostumbra decir que la naturaleza no da saltos, y sí es. De a poco irán aprendiendo, porque ningún espíritu alcanza grandes progresos con una única venida a nuestras Casas. Es claro que la venida a nuestras Casas ayuda, pues los que se disponen al estudio aprenden mejor y más rápido. Pero el progreso espiritual se da a través de lo que ejecutaren día a día, paso a paso.

No dejen para mañana lo que debe hacer hoy. Raciocinen y ponderen, para llegar a la conclusión de que la vida merece atención y respeto.

 

 

COMUNICACIÓN DOCTRINARIA DE ANTONIO COTTAS

Pensar es atraer. Quien piensa bien atrae el bien. De modo que no es difícil saber vivir con acierto, con seguridad, con bienestar.

Muchos acostumbra decir: “no se lo que hice para sufrir tanto!” Las personas que así hablan no se detienen para pensar por que motivo están sufriendo, pues siempre hay una razón para acontecer ese o aquel hecho desagradable. Y acostumbrar completar su lamentación diciendo que debe ser alguien queriéndole mal. Pobre e infeliz humanidad!

El racionalista cristiano, sabiendo que pensar es atraer, tiene a su favor el conocimiento de que si piensa bien atrae el bien. Luego, si algo de malo le sucedió, fue porque accionó mal.

El libro racionalismo cristiano enseña, capítulo por capítulo, como deben vivir. El capítulo “pensamiento” trae todo lo que precisan para aprender a bien pensar. La vida fuera de la materia, otra obra extraordinaria en su contenido, presenta grabados que demuestran lo que es pensar bien para atraer el bien.

La aureola, ese espejo que refleja pensamientos y sentimientos, donde todo se observa, donde todo se hace sentir, re vela cuando la persona está bien o mal asistida. La aureola, a través de su colorido, demuestra lo que es la v ida del espíritu agregado a un cuerpo físico.

No es difícil vivir con acierto. Lo que decimos en nuestras casas es la expresión de la verdad. Así siendo, recomendamos desear bien al prójimo, no admitir mentiras, no dirigir palabras adversas al semejante, nunca hacer parte de altercados.

El espíritu volcado para una buena concepción en su vivir estará atrayendo e irradiando el bien. Quien atrae el bien es bien asistido, siendo por eso admirado, porque sus actitudes reflejan lo que es, pues reflejan su índole, su carácter.

Esta doctrina orienta a las personas. No se condena a nadie, no se apuntan errores. Decimos a los que vienen a nuestras casas que precisan modificarse, para tener mejores condiciones de bien vivir, junto a los semejantes. Muchas veces repetimos las mismas palabras, porque la repetición es necesaria para que asimilen las lecciones. Para eso trabaja el racionalismo cristiano, para eso se lucha y se doctrina, pues queremos que la humanidad aprenda y evolucione.

Como solo decimos la verdad, solo afirmamos lo que puede ayudar a los seres a vivir con seguridad, y siempre recomendamos: piensen bien para atraer el bien. La decisión depende de cada uno, nunca de nosotros. Somos espíritus libres de la materia. Estamos en plano astral. No podemos permanecer en el mundo físico, lleno de miserias, si falta la fuerza de atracción que nos permite estar junto de todos durante las irradiaciones. Siendo así, se torna necesario reafirmar que depende de los encarnados saber querer, para vencer.

Los espíritus encarnan para evolucionar. Vencen los que son resueltos, los que se quieren tornar fuertes por el buen pensamiento, por la voluntad esclarecida, por el altruismo, por bien querer.

No pretendemos que la humanidad se esclarezca del día para la noche. Queremos que los seres humanos desenvuelvan un poco mas y mejor su espiritualidad. El racionalismo cristiano advierte, no condena. Es doctrina que esclarece, con enseñamientos de que irán a hacer falta por los siglos afuera.