Lectura del mes – abril 2015

DOCTRINACIÓN DE ANTONIO COTTAS

La mayoría de las personas sin esclarecimiento espiritual no observa la vida tal cual es: una gran aula. En la escuela tradicional, hay diversas disciplinas a ser estudiadas y sus cuestiones resueltas en cada lección: sea de lengua portuguesa, matemáticas, biología, u otras.

Cuando la persona pasa a entender lo que es la espiritualidad, también pasa a entender la inmensa aula que es la vida humana, con innúmeras cuestiones personales a ser resueltas, cada una a su tiempo.

Siendo así, es necesario usar el raciocinio con tranquilidad y la fuerza de voluntad firmemente, para resolver los problemas individuales siempre que aparezcan, uno a uno, con valor y coraje, teniendo conciencia de que los reveses surgen para ser traspasados y servir como lecciones de vida, y no para huir de ellos.

Por no conocer la realidad espiritualista, muchos individuos creen que no tienen culpa por los problemas que les surgen o que no serán responsabilizados por las angustias que crean para otros.

En el momento en que la persona se estudia a sí mismo siguiendo las orientaciones de la doctrina racionalista cristiana, ella fortalece al alma con sus principios espiritualistas y su disciplina, pasa a raciocinar respecto a cada situación difícil por la que pasa. Tiene conciencia de que sus problemas serán resueltos por sí mismos y no por entidades divinas.

Los asistentes de las reuniones públicas realizadas en las casas racionalistas cristianas no deben pensar que llegaron a locales donde los dramas individuales son resueltos por entes superiores y que todo quedará bien cuando vuelvan a sus hogares. No, no es así que los problemas del vivir terreno son resueltos. Es necesario que se esclarezcan sobre la vida espiritual, para que puedan atraer al Astral Superior y sus fluidos benéficos. Las intuiciones de las Fuerzas Superiores deben ser colocadas en práctica con optimismo, de modo a superar los reveses a satisfacción.

Por lo tanto, tengan conciencia sobre la realidad espiritual. No se engañen con promesas vanas, creyendo que divinidades les resolverán sus problemas de la vida. Es preciso tener autoconfianza, es preciso entender que la solución parte de sí mismos, teniendo buenos pensamientos, raciocinio lúcido y fuerza de voluntad.

 

 

DOCTRINACIÓN DE HUMBERTO RODRIGUES

De cómo el ser humano vibra los pensamientos y demuestra los sentimientos refleja el nivel de su espiritualidad. El bagaje espiritual del individuo es revelado por la calidad de sus actos. Luego, pensamientos y sentimientos conducen al suceso o al fracaso en el vivir terreno.

Quien piensa bien, atrae el bien y, en general, practica buenas acciones. Quien piensa mal, el mal atrae. A medida que emite pensamientos perjudiciales a sí mismo o al semejante, la persona alimenta corrientes vibratorias negativas que cruzan la atmósfera fluídica de la Tierra, pasando a ser influenciada por fuerzas nocivas, por ella misma atraídas.

Es cierto que la Tierra es un planeta escuela donde interaccionan individuos de heterogénea espiritualidad. Siendo así, no miren tanto para atrás ni para los lados, sino para adelante, sin críticas a las mezquindades humanas, pues hay mucha cosa con que ocuparse dentro de sí mismos, como las tendencias del carácter, de modo a perfeccionar los atributos para crecer espiritualmente, conquistando la felicidad posible a través del cumplimiento de los deberes.

Quien practica el mal jamás tendrá paz de conciencia, porque el espíritu encarna dispuesto a practicar el bien, para crecer en evolución. Al alejarse de los objetivos trazados en el mundo de estadio, contrae las llamadas deudas espirituales, que son desvíos de conducta a ser eliminados del cuerpo fluídico a cualquier costo, mismo que los actos negativos propicien ilusorias ganancias materiales, pues las ganancias verdaderas son las conquistas espirituales que llevan al progreso evolutivo.

Estudien la espiritualidad, estudien las leyes evolutivas, como la ley de atracción y la de causa y efecto, llegando a las propias conclusiones con lucidez de raciocinio. Encaren los trastornos que surgen con naturalidad, no se martiricen con las preocupaciones, ni den tanta importancia a los reveses, pues hacen parte del vivir terreno. No vivan con sentimentalismo exagerado, que no lleva a ningún lugar. Encaren la realidad de la vida con optimismo, coraje y valor. Todos son fuerza espiritual inteligente y no apenas el cuerpo físico que poseen. Todos tienen capacidad para reaccionar ante las vicisitudes, de levantarse al tropezar en las dificultades de la vida, desde que tengan disciplina en el vivir, colocando en acción la fuerza de voluntad innata.

Por tanto, nada teman, pues temores son vibraciones atrayentes de espíritus quedados en la atmósfera fluídica de la Tierra, que los influenciarán negativamente. Reaccionen a las vicisitudes de la vida, hagan buen uso del libre albedrío, tengan pensamientos y fuerza de voluntad dirigidos para la práctica del bien. Al practicar la limpieza síquica diaria en sus hogares, alejarán las malas influencias y atraerán buenas intuiciones, para que aprovechen al máximo la existencia, siguiendo siempre adelante.

 

Traducido al español por Adelina González Bermúdez