Lectura del mes – febrero 2013

Hay personas que conocen el Racionalismo Cristiano y practican sus principios, aunque se limitan a lo que les interesa, descuidando muchas veces lo más importante.

El ser valeroso, verdaderamente esclarecido, demuestra ese esclarecimiento y valor en la lucha por la vida, en su conducta, en los actos y acciones que practica, en fin, en todo su proceder.

Ser espiritualmente esclarecido, realmente esclarecido, cuantas personas podrán afirmar esa condición? El esclarecimiento verdadero, aquel que el Racionalismo Cristiano enseña, pero que ni todos aprenden, no consiste solamente en el bienestar que la frecuencia a las reuniones públicas de las casas racionalistas cristianas proporciona o en el fortalecimiento del espíritu que la limpieza síquica diaria trae.

No es plenamente esclarecido el ser que apenas frecuenta una casa racionalista cristiana o hace la limpieza síquica. El esclarecimiento espiritual requiere del individuo profundizar más. Sólo estará conscientemente esclarecido cuando conozca el propio yo, su composición astral y física, las leyes evolutivas y saber aplicarlas diariamente.
En el cumplimiento riguroso de los principios doctrinarios será, entonces, un ser honrado y cristiano, pues consideramos cristiano quien es prudente, moderado, valeroso y justo.

Muchos padres dejan que desear en la educación de los hijos. Tienen defectos que podrían ser corregidos para el bien de cada uno y de los descendientes en particular. Si los padres no dan ejemplos, sus palabras nada valen. Si supiesen cuanto es importante el esclarecimiento que reciben en nuestras Casas, el vivir sería otro; pero ese esclarecimiento por veces entra por un oído y sale por el otro.

Alertamos constantemente que la educación debe ser el primer cuidado de la familia racionalista cristiana. Los padres precisan educar primero a sí mismos para después transmitir una educación de cuño espiritualista a las almas que vinieron a encarnar en su medio. Infelizmente, muchos padres no se educan y tampoco pueden transmitir una buena educación a los hijos, que en ellos confiaron. Es lamentable, porque, si la remodelación del mundo necesita de una base espiritualista sólida para que se efectúe, y si esa base está en la educación, los padres que frecuentan nuestras Casas deberían tener más cuidado en esa parte, educando a sus hijos convenientemente: no amedrentándolos, pero imponiéndose por el respeto, por el valor, por la honestidad y por ejemplos, enseñándoles a obedecer, todo dentro de las normas de la razón y del buen sentido. Al envanecerlos, llamándolos de inteligentes, de expertos, hasta porque lo son?; dejan a esos niños entregados a las vanidades, al egoísmo, a la ley de causa y efecto, de tristes consecuencias en esos casos.

Mucho hay que hacer. Para que el ser se diga totalmente esclarecido, y, así siendo, se torne un racionalista cristiano consciente, es preciso estudiar siempre, aprender mucho y practicar los principios doctrinarios bajo todos los puntos de vista. Siempre alertaremos sobre la manera de las personas conducirse en este mundo, concitándolas a que cumplan con responsabilidad sus deberes.

Luiz de Mattos

 

Aconsejamos que piensen bien antes de tomar cualquier actitud en sus vidas. Los actos a ser practicados por más insignificantes que puedan parecer, deben ser analizados con mucha calma. Nada debe ser evaluado de manera precipitado o realizado de cualquier manera.

Muchas personas no saben por que viven angustiadas, siempre afligidas, si nada de ruin sucede en sus vidas. Y se preguntan: ¿por qué no se sienten bien, una vez que hijos, maridos, esposas o parientes están todos con salud? Esas personas normalmente se preocupan con la vida ajena, se envuelven con problemas que no les pertenecen, toman actitudes impensadas.  En vez de elevar el pensamiento cuando hay una discusión acalorada, para que los implicados lleguen a un entendimiento a través de la palabra conciliadora y todo se normalice, prefieren involucrarse en el conflicto, preocupándose con lo que no les cabe resolver.

Cuantos individuos accionan así y no paran para pensar! Creen que esas cosas quedan en el olvido, pero no es así. Ellas quedan grabadas en el campo áurico de cada uno y sólo traen más disgustos, en razón de la mala asistencia espiritual que cultivan todos los días. Si mantuvieren actitudes buenas, bien pensadas, tendrán días tranquilos, armoniosos. Familiares quedan contentos al lado de personas en sintonía con las fuerzas del bien.

Es preciso dirigir la mente en el sentido de un vivir más amplio, porque los seres humanos no están en este mundo para ocuparse con problemas que se sitúan de antemano fuera de sus límites, salvo elevar el pensamiento para que sean bien resueltos. Intromisiones, juicios o críticas son actitudes indebidas. Muchas personas viven a criticar la vida ajena, pero se olvidan de la propia. Con las acciones incorrectas que practican, atraen fuerzas negativas, espíritus del astral inferior que se aproximan porque piensan y accionan de la misma forma. Así se perturban y después reclaman de la vida.

Las personas no tienen nada que reclamar, si miraren la vida conforme ella se muestra. Para unas, los problemas se tornan en oportunidades que perfeccionan la personalidad, y esas crecen espiritualmente. Pero, para otras, una adversidad es motivo para entregarse al desánimo, a la depresión, al dejarse envolver por fluidos negativos y pesados. ¿Cómo pueden mejorar el vivir accionando de esa forma?

La Tierra es un mundo escuela donde se encuentran espiritualidades diversas, pues cada espíritu encarnado tiene su grado de evolución. Siendo así, cada ser es una individualidad y resuelve los problemas a su manera, casi siempre de forma diferente de los demás. Para las personas tener una vida relativamente feliz es preciso que se analicen, dejen las cosas banales de lado, no alimentar discusiones ni den guarida a pensamientos negativos, que las hagan incapaces de resolver situaciones difíciles.

Reflexionen sobre nuestras palabras y, con certeza, tendrán sus vidas modificadas para mejor.

Antonio Cottas