Lectura del mes – febrero 2014

Doctrinación de Antonio Cottas

Todo llega a su tiempo. Por eso, siempre aconsejamos: nadie se dé prisa por algo que desea. Para conseguir lo que se anhela, son indispensables pensamientos elevados y fuerza de voluntad puestos en acción con firmeza y convicción, cuando lo que se pretende es justo.

Infelizmente, observamos que gran parte de los seres tienen prisa en alcanzar lo que quiere. Unos revelan ambición desmedida, mientas que otros tienen deseos inmoderados. Todo eso trae para sus vidas momentos difíciles, angustias, perturbaciones síquicas, lo que perjudica y retarda la evolución del espíritu.

Personas que sienten los efluvios benéficos de las Fuerzas Superiores notan que sus pensamientos y sentimientos se tornan más claros y mejores, aun sin saberlos definir. Eso sucede porque los seres humanos están siempre ligados a las corrientes del bien o del mal. Si tienen pensamientos elevados y fuerza de voluntad, si adoptaren los principios racionalistas cristianos y siguen su disciplina fortalecedora del alma, no les faltarán buenas intuiciones, lo que mucho facilita el encuentro del éxito en la lucha por la vida. Al contrario, si no saben pensar bien y accionar correctamente, acaban siendo víctimas de sí mismos, pues atraen intuiciones maléficas con su proceder, lo que mucho influye para el fracaso de las iniciativas, vivenciando problemas de todo orden.

El vivir terreno apunta muchos caminos para los seres humanos. Cada uno seguirá su rumbo, conforme el direccionamiento que diere al libre albedrío. Al dedicarse a algo útil con el deseo sincero de beneficiar a los semejantes, sin retraso alcanzarán sus objetivos. Y el bien deseado repercutirá en favor de cada uno, como también repercutirá a quienes emitieron pensamientos de amistad sincera y cariño fraternal.

El año apenas comienza. Muchas personas erróneamente culpan el año que finalizó por sus fracasos. Cuando no saben pensar, todo y todos son culpados por las dificultades que aparecen en sus vidas. ¿Por qué no hacen un examen de conciencia, para tener alguna respuesta positiva y verdadera sobre los reales motivos de lo que les acontece?

Pensar bien y accionar correctamente es un llamado impostergable, para que los fundamentos de la paz mundial sean cada vez más fortalecidos en el espíritu de la humanidad, y disminuyan o cesen de una vez la ambición desmedida de los individuos y la ansiedad de querer lo que no está a su alcance.

Es lamentable que, a pesar de los avances tecnológicos, aun haya tan poco entendimiento espiritual en la sociedad humana. Infelizmente así será, mientras que hombres y mujeres se mantuvieren presos exclusivamente a los bienes materiales, causa de grandes sufrimientos, como el hambre endémica y las guerras fratricidas.

El Racionalismo Cristiano no condena a nadie, porque trabaja en pro del esclarecimiento espiritual de los seres humanos, para que puedan ser más conscientes de sus responsabilidades. Exactamente por faltar mayor comprensión de la vida es que muchos continúan a culpar el pasar de los años por sufrimientos y angustias. Para huir de ese lugar común, es preciso que accionen por sí mismos, busquen en las casas racionalistas cristianas la orientación espiritual que necesitan. Caminar por el sendero de la vida profundizando los conocimientos espiritualistas, acertar lo más posible para errar lo menos que pudieren, en fin, mejorar como seres pensantes es obligación que se impone a los que quieren progresar este año y los venideros.

Siempre repetimos que el ser humano es aquello que quiere ser; el es lo que piensa y hace. En el inicio de cada año, algo de positivo acontece: se renuevan las esperanzas, no faltan pensamientos de paz, salud y prosperidad, en la forma de palabras que reflejan anhelos de bienestar, alegría y comprensión entre las personas. Que cada uno sepa conquistar la felicidad a la que tienen derecho durante el año que comienza, es lo que deseamos.

 

 

Doctrinación de Humberto Rodrigues

Es reconfortante para los que trabajan por la divulgación del Racionalismo Cristiano, tanto en el mundo físico, como en campo astral, observar a personas que entran en las casas racionalistas cristianas abatidas por el sufrimiento o atormentadas por reveses que enfrentan, muchas veces completamente dominadas por espíritus quedados en el astral inferior, quedar espiritualmente fortalecidas, pues supieron educar al pensamiento y la fuerza de voluntad, adoptando los principios doctrinarios y su disciplina en el vivir. Ellas mismas reaccionaron a la obsesión, porque el Astral Superior, aisladamente, no consigue la des-obsesión de nadie.

El objetivo de la doctrina racionalista cristiana es promover la limpieza de la atmósfera fluídica de la Tierra y llevar el esclarecimiento espiritual a los seres humanos, para tornar a la humanidad más igual y fraterna, con menos desavenencias, conflictos e hipocresía en el medio social. Pero, para que eso pueda ser alcanzado, es preciso que cada uno haga su parte, que reconozca su esencia espiritual como Principio Inteligente y Materia.

El cuerpo humano es una máquina ingeniosa bien arquitectada por la Inteligencia Universal, es el medio utilizado por el espíritu para transitar en la Tierra. Pero queda inerte, si el espíritu deja de incitarlo, de transmitirle vida. Al ocurrir el fenómeno de la desencarnación, el cuerpo físico se descompone, sus componentes pasan a constituir otras forma de vida.

En este mundo, la vida es, por lo tanto, transitoria, no pudiendo el individuo ligarse apenas a los valores materiales, porque ellos no integran el bagaje espiritual.

Al retornar progresivamente al mundo de estadio después de la desencarnación y retomar, libre de la materia, la conciencia de sí mismo, el espíritu constata lo que hizo de bueno y de malo durante la existencia terrena. Con la desencarnación, quedan agregados al espíritu en el mundo de estadio apenas las acciones positivas, la práctica del bien, los pensamientos y sentimientos vibrados en vida física de forma elevada y valerosa, cualidades que serán aprovechadas en futuras existencias, en la eliminación de los probables errores que practicó recogidos al cuerpo fluídico a en el transcurso del proceso de reencarnación. Ese es el caudal con que planifica su retorno a la Tierra, pues la ley de las reencarnaciones es sabia: permite que víctimas y victimarios en vidas pasadas se reencuentren, transformando desavenencias, odios y resentimientos en cooperación mutua, amor y respeto al prójimo.

Las leyes evolutivas que rigen el Universo no pueden ser ignoradas. Son realidades a que los seres humanos están sujetos, para evolucionar en el planeta. Partículas que son de la Fuerza Creadora, poseen atributos espirituales muy valiosos, como inteligencia, raciocinio, voluntad, capacidad de concepción, consciencia de sí mismos y tantos otros que deben ser utilizados en el perfeccionamiento del carácter. Entonces, no es razonable que se dejen dominar, conducirse o influenciar por espíritus temporariamente estacionados en la atmósfera fluídica de la Tierra, por haber cometido errores con el mal uso del libre albedrío cuando encarnados.

Los racionalistas cristianos saben que, al hacer mal al semejante, perjudican en primer lugar a sí mismos, tienen certeza de que vale la pena practicar el bien, de que es importante caminar con dignidad y honestidad por el sendero de la vida, cuando delimitada por la conducta espiritualista. Procediendo así, estarán libres de cualquier influencia del astral inferior, aprovecharán la encarnación utilizando al máximo el potencial inherente a cada nivel de evolución. Poco a poco, paso a paso, conquistarán planos más elevados de espiritualidad.

Siendo así, no se aten a los bienes materiales; den importancia, sobre todo, a los valores del espíritu. Desarrollen la espiritualidad aplicando los principios racionalistas cristianos en sus vidas, disciplinen los pensamientos y tornarán más ameno el vivir cotidiano.

 

Traducción al español por Adelina González Bermúdez