Lectura del mes – Julio 2020

Deslíguense de creencias  (absurdas)

Aconsejamos a los estudiosos de la espiritualidad la lectura atenta y sensata de la última edición del libro titulado “Racionalismo Cristiano”, a fin de que conozcan su composición astral y física, o sea, un compuesto de Fuerza y Materia o, mejor aun, su simplificada constitución: espíritu, cuerpo fluídico y cuerpo físico. El espíritu es vida, es manifestación de la inteligencia, es poder creativo y realizador. Unos son más evolucionados  que otros, y eso depende del gran o pequeño provecho que  extraen de las innumerables existencias en cuerpo humano, del cual fueron los propios artífices. Es en este mundo de escolaridad que los espíritus de los mundos de estadio densos, opacos e intermedios hacen su evolución, y así siguen en su eterna marcha evolutiva por los mundos diáfanos y de luz purísima.

Con esa circunstancial descripción de lo que son los seres humanos y que hacen en la Tierra, es necesario, entonces, que todos comprendan la vida en su aspecto amplio trascendente, desligándose de las creencias ya milenarias que turban la inteligencia, paralizan el raciocinio, des-estimulan la voluntad, que dificultan, en fin, tanto el progreso material en cuanto a la evolución espiritual en el transcurrir de la lucha por la vida. Los individuos que se doblegan ante ese engaño histórico no hacen nada más que seguir lo que les fue inculcado en la mentes desde la infancia, y que para eso tienen libre albedrío, que debe ser respetado, aunque muchas veces queden envueltos por sufrimientos incontables, sea por obstinación o cobardía en aceptar lo que es lógico y esclarecedor, que es el uso del raciocinio para separar lo cierto de lo equivocado en los meandros del vivir cotidiano.

Podemos afirmar, con toda convicción que el Racionalismo Cristiano es una filosofía de vida y las casas racionalistas cristianas son escuelas de vida, bien como la felicidad de decir que sus enseñanzas llegarán muy lejos, alcanzando a millares de personas. Ya tenemos muchos alumnos inscriptos, algunos de gran evolución espiritual. A esos cabe el deber de transmitir a los demás estudiantes de la espiritualidad nuestros valores morales reflejados en sentimientos de ponderación, moderación y justicia. Quien sigue la verdad espiritualistas defendida por el Racionalismo Cristiano comprende con más facilidad la vida en su aspecto amplio y constructivo. Es así que vamos constatando la evolución espiritual de la humanidad.

No queremos fanáticos a seguir el Racionalismo Cristiano. Queremos personas que estudian, piensan, analizan, saben lo que quieren para sus vidas. Es lo que esperamos de los que encuentran el Racionalismo Cristiano un completo conjunto de enseñanzas espiritualistas que les trasmite el conocimiento de sí mismos. Aceptada como directriz orientadora del vivir en la Tierra, deben colocarlo en práctica en el día a día. El espíritu no esta subyugado a la materia, sino al contrario. Por ser la materia el elemento pasivo y amoldable, es el espíritu que irradia sabiduría y tiene ansia de saber. El Racionalismo Cristiano es la filosofía espiritualista que invita al ser humano a saber cada vez más.

Luiz de Mattos

 

¿Cómo usted ve al mundo?

Existen varias formas de verse los seres humanos como habitantes de la Tierra. Si preguntamos lo que hacen en este mundo a los que se preocupan con la forma física, ciertamente colocarán al cuerpo humano entre las prioridades.  Si indagamos, con igual objetivo, a los que cultivan el intelecto o se inclinan sobre pesquisas, probablemente tendrán como primacía las actividades intelectuales, académicas e investigadoras. Si preguntamos a las personas interesadas en el significado del vivir terreno, lo que son y hacen en el planeta,  ciertamente dirán que son espíritus en evolución en este mundo de escolaridad.

Son respuestas que muestran la manera en que las personas ven la propia vida, de ahí ser la Tierra un planeta escuela, en el cual los seres humanos aprenden unos con los otros, pues cada uno está en el grado propio de evolución espiritual, en que se destacan ya sean las cualidades intelectuales, sea las habilidades físicas, artística, científicas, manuales y tantas otras reveladas por los seres humanos. Todavía, podemos destacar de ese proceso evolutivo continuo los individuos que se interesan por estudios hechos en el campo de la espiritualidad al procurar respuestas para sus indagaciones de naturaleza trascendente.

Las personas que ya despertaron su interés por los fenómenos metafísicos son las que están más adelantadas en evolución espiritual. Encontraron la razón superior del vivir terreno al descubrirse como emanaciones de la Inteligencia Universal. Saben que son individualidades espirituales y reconocen las potencialidades y limitaciones que sus atributos y sus facultades espirituales revelan. Por eso, no se dejan envolver por los efímeros atractivos materiales, pues están dirigidas para los perennes valores espirituales. La paz interior es el objetivo que procuran alcanzar.

Los libros editados por la Sede Mundial del Racionalismo Cristiano ayudan a los seres humanos a despertar para la realidad espiritual de la vida. La obra literaria esencial, titulada “Racionalismo Cristiano”, es  un código de conducta que traza normas seguras para un vivir tranquilo y productivo y está al alcance del entendimiento de cualquier persona. Siendo el Racionalismo Cristiano un conjunto de enseñanzas espiritualistas, los estudiosos de la espiritualidad aprenden que la solución de los problemas humanos está dentro de las propias personas. Al vibrar sus pensamientos de forma elevada y continua, aflora del subconsciente el manantial de sabiduría que todos poseen con mayor o menor contenido. Uso correcto del libre albedrío, raciocino lúcido, fuerza de voluntad dirigida para la práctica del bien, equilibrio psíquico en la depuración de los sentidos y dominio del ímpetu son herramientas espirituales indispensables para la paz interior pretendida, la conquista de la felicidad como expresión de consciencia tranquila del deber cumplido.

Humberto Rodrigues

Traducido al español por Adelina González Bermúdez