Lectura del Mes – Julio 2023

“Espiritualidad según el RC no es apenas teoría”

Los espíritus en evolución en la Tierra en posesión de un cuerpo humano son procedentes de los campos espirituales de estadio densos, opacos e intermedios y en ellos quedan agrupados por clases conforme el nivel del adelantamiento evolutivo que ya poseen, formando familias espirituales idénticas, podemos simbólicamente así decir.

Las familias espirituales de los campos de estadio son muy diferentes de los  agrupamientos familiares existentes en incontables sociedades organizadas en este plano físico, pues juntan personas de diferentes grados de evolución espiritual en intensa y continua convivencia, con la finalidad de intercambiar conocimientos, pasar por varios tipos de experiencias y crecer espiritualmente.

El mundo de escolaridad Tierra, al acoger billones de seres humanos con diferentes niveles de evolución espiritual, se asemeja a un colegio del sistema oficial de enseñanza de cualquier país, que reúne estudiantes de varias clases escolares, no pudiendo exigirse del alumno de la primera serie el aprendizaje que ya posee el alumno que frecuenta la última. Luego, no se puede esperar igual sabiduría de personas con diferentes grados de evolución espiritual en los llamados mundos de escolaridad por el Racionalismo Cristiano.

Por lo tanto, el crecimiento espiritual de los seres humanos resulta de su intensa convivencia en este mundo físico, precisamente por el mencionado intercambio de conocimientos y experiencias proporcionada por los diferentes grados de evolución espiritual que consiguieron alcanzar en múltiples existencias.

En estas múltiples existencias evolutivas, surgen circunstancias que desafían el crecimiento espiritual, para que los seres humanos salgan de la zona de confort proporcionado por conquistas materiales a que exclusivamente se dedican y pasan a reflexionar sobre la apatía espiritual en que se encuentran, a fin de que vuelvan a crecer espiritualmente al entender que los sufrimientos no son castigos, que destino, suerte y azar son invenciones humanas, que los acontecimientos buenos y ruines del día a día resultan de la rigurosa acción de leyes evolutivas, destacándose la ley de causa y efecto en esos casos.

Los sufrimientos resultantes de la acción de las leyes evolutivas pueden ser superados con la utilización de los atributos espirituales que todos poseen. La ley evolutiva de causa y efecto no es punitiva,  sino educadora, porque posibilita el reconocimiento de los errores y su eliminación de la personalidad con la calma que el raciocinio claro y lúcido exige de las personas incumplidoras en la procura del camino que las haga retomar el crecimiento espiritual. Sin embargo, a ejemplo de los alumnos en las salas de aulas, donde algunos son mas aplicados de lo que otros al que les es enseñado por los profesores, en la escuela de la vida sucede lo mismo, con seres humanos atentos y desatentos al proceso espiritual evolutivo en que se encuentran.

El estudio de la espiritualidad defendida por el Racionalismo Cristiano facilita el vivir cotidiano, no siendo, por lo tanto, materia disciplinaria apenas teórica. Su conocimiento y uso práctico son definitivamente acumulados al bagaje evolutivo del ser humano atento al propio proceso evolutivo y por el utilizada siempre que sea necesario en futuras existencias, pues la práctica del bien nunca se pierde.

En razón de lo que mencionamos en esta orientación, hacemos la invitación para que abran la puerta de la espiritualidad en sus vidas leyendo los libros editados por la sede mundial del Racionalismo Cristiano, un manantial de conocimientos en los cuales aprenden a ser tolerantes, comprensivos y solidarios con los semejantes y a fortalecer la voluntad para la práctica desinteresada del bien.

Tengan certeza de que es mediante la forma elevada de vibrar los pensamientos que se ligan a los campos vibracionales positivos y a sus corrientes fortalecedoras a cruzar por la atmósfera fluídicas de la Tierra, el mundo de escolaridad en que todos aprenden y enseñan entre sí, donde no existen personas superiores ni inferiores, porque todas son exactamente iguales, caracterizándose apenas por el grado de evolución espiritual que ya poseen.

Traducido al español por Adelina González Bermúdez