Lectura del mes – Junio 2020

Astral Superior coordina actividades en las Casas del Racionalismo Cristiano

En cualquier organización, sea pública o particular, con o sin fin lucrativo, hay una persona responsable por su administración y su objetivo. Ella dirige los trabajos, distribuye los servicios y empleados por cargos y sectores productivos conforme sus particularidades, para que los resultados programados sean alcanzados. Así también sucede en las casas racionalistas cristianas, donde sus dirigentes generales tienen la responsabilidad de conducir, juntamente con los directores y demás militantes, las actividades administrativas, con vistas a una buena gestión, y las espiritualistas, teniendo siempre en cuenta auxiliar a las Fuerzas Superiores en la limpieza de la atmósfera fluídica de la Tierra y en la espiritualización de la humanidad.

En campo astral ocurre algo semejante en razón de su naturaleza fluídica más diáfana. Las casas racionalistas cristianas están sometidas a la coordinación espiritual de la pléyade del Astral Superior y bajo la dirección de su presidente astral. Sus actuaciones en el plano físico alcanzan a los militantes en general y, en especial, a los dirigentes y directores de nuestras Casas, bien como la del presidente del Racionalismo Cristiano y los integrantes de los consejos y de los directorios de la Sede Mundial del Racionalismo Cristiano.

Siendo así, las actividades espiritualistas y administrativas realizadas no están sujetas al acaso. Sus acciones deben ser ejecutadas con dedicación y competencia por sus responsables, pero conscientes de que el presidente astral del Racionalismo Cristiano y la pléyade del Astral Superior están atentos a la eficaz conducción administrativa, a la amplia y siempre cautelosa divulgación de la espiritualidad que el Racionalismo Cristiano defiende con sus principios y al riguroso cumplimiento de su disciplina.

En las casas racionalistas cristianas, son sugeridas a quienes frecuentan las reuniones públicas, o que procuran la atención personalizada, alternativas de solución para los problemas de naturaleza material y espiritual por las que pasan. Las dificultades materiales están en su mayoría relacionadas al trabajo, sea por ineptitud para la lucha diaria que le exige, sea por dificultades de relación entre patrones y empleados, dirigentes y subordinados. El trabajo está en la esencia de la vida personal y universal, pues el Universo es una inconmensurable oficina de trabajo. Por tanto, el individuo debe unirse a la acción activa de la Inteligencia Universal mediante su trabajo metódico, disciplinado y competente, lo que le proporcionará bienestar físico y psíquico. Con eso en mente, los grandes problemas de carácter material podrán ser resueltos satisfactoriamente.

En cuanto a la parte espiritual, hay un método disciplinario, vigente desde la fundación del Racionalismo Cristiano, que da seguridad y continuidad al sistema del que hacen parte las casas racionalistas cristianas en el ámbito mundial y el conjunto de los integrantes de la pléyade del Astral Superior y de la militancia en general. Ese método singular, el único existente en este mundo de escolaridad hace más de un siglo, es que garantiza la benéfica y amplia asistencia proporcionada por las Fuerzas Superiores, con el fortalecimiento espiritual que da apoyo a la normalización psíquica de las personas mentalmente perturbadas y la limpieza global que realiza en la atmósfera fluídica de la Tierra.

Por tanto, son varias las actividades desarrolladas en nuestras Casas, pero con un único objetivo, que es el de espiritualizar a la humanidad. Es mediante el estudio, disciplina y trabajo que las personas se esclarecen y alcanzan mayor progreso material y evolución espiritual.

Las casas racionalistas cristianas son escuelas de espiritualidad, donde los libros publicados por la Sede Mundial son fuentes de esclarecimiento en las explanaciones de los orientadores de reuniones públicas. La espiritualidad defendida por el Racionalismo Cristiano reclama la presencia de la disciplina en la interpretación de sus principios. Disciplina es norma de rectitud y las personas que ignoran la disciplina contrarían a las leyes evolutivas, concurren, entre otras cosas, para el desorden de cualquier trabajo. Y el trabajo disciplinado fortalece, trae satisfacción, agrega valor, dignifica el carácter de los seres humanos.

Por lo tanto, comparezcan a las casas racionalistas cristianas en lo posible con asiduidad, estudien con interés el Racionalismo Cristiano, sigan la disciplina diaria de limpieza psíquica y comprendan que el progreso material conquistado con trabajo honesto, competente y productivo es medio de perfeccionamiento espiritual, es instrumento de equilibrio psíquico y bienestar físico, de igualdad social y paz universal.

Antonio Cottas

 

Abandonen el individualismo

Las personas viven muchas ilusiones. Una de las mayores es la del individualismo, un sentimiento relacionado al yo de cada una, un sentido inherente al propio cuerpo, que creen ser algo único, cuando, en realidad, el ser humano en evolución en la Tierra es compuesto de espíritu, cuerpo fluídico y cuerpo físico, conforme esclarece el Racionalismo Cristiano. Desconocen la condición trascendente de ser emanaciones eternas e indivisibles de la Inteligencia Universal, a quien llaman Dios en su mayoría. No saben, por tanto, que son una individualidad en evolución en este planeta escuela. Por eso, no deberían guardar la conducta individualista en el subconsciente.

El individualismo conduce a los seres humanos al egoísmo y a sus derivaciones, como las ambiciones desmedidas, las rivalidades que envilecen, las discusiones que ofenden. Es necesario que sustituyan esas máculas morales por la solidaridad, renuncia y fraternidad, que observen a los semejantes como individuos que tienen esencia espiritual idéntica a la de ellos y de la Inteligencia Universal.

Las luchas que los seres humanos traban individualmente en la Tierra por la sobre vivencia son, por tanto, idénticas. También son luchas colectivas, como son los proyectos, las necesidades y los rescates espirituales de los componentes de una sociedad. Siendo, como dijimos, emanaciones de la Inteligencia Universal, todos tienen la misma origen y buscan equivalente objetivo evolutivo en el transcurrir de las múltiples existencias del espíritu en posesión de un cuerpo humano, desde su concepción hasta la muerte a cada pasaje por este mundo.

Por eso, luchar por la conquista de la felicidad no es sólo querer una familia unida, tener buen empleo, poseer buena casa y el automóvil del año, cosas que todos tienen el derecho de conseguir. Es mucho más que eso: es luchar por el bienestar del género humano, por su desarrollo cultural e intelectual, por el vigor de su conducta moral y de su progreso espiritual, es luchar, en fin, por el conjunto de condiciones sociales que posibilitan la felicidad colectiva.

Cuanto más los seres humanos vibren pensamientos de forma positiva, cuanto más demostraren sentimientos elevados, menos espíritus permanecerán en la atmósfera fluídica de la Tierra en estado perturbado, al final de la existencia física, provocando vicios, intuyendo comportamientos inadecuados, al crear desequilibrios psíquicos en las personas que los atraen con idénticos pensamientos y sentimientos.

Entonces, es importante que las personas no se desanimen ante las dificultades naturales de este mundo, ni se envuelvan con las ilusiones que el materialismo exacerbado ofrece a los que desconocen los valores de la espiritualidad. Eleven los pensamientos, raciocinen, utilicen de forma adecuada los atributos y las facultades espirituales. Hagan de la limpieza psíquica diaria en los hogares un hábito, para rechazar las influencias negativas en el vivir cotidiano. Manteniéndose psíquicamente equilibradas, estarán aptas para toma de decisiones acertadas y a responsabilizarse por ellas.

El esclarecimiento posibilita a los seres humanos hacer buen uso del libre albedrío en la lucha que emprenden por su progreso material y su evolución espiritual, que, insistimos, ocurre en la convivencia con los semejantes mediante el cambio de experiencias y aprendizajes. Es de esa forma que pueden asimilar la sabiduría de la Inteligencia Universal como emanaciones espirituales individualizadas en la construcción de un mundo sin individualismos; por lo tanto, más solidario y fraterno.

Humberto Rodrigues

Traducido al español por Adelina González