Lectura del mes – Mayo 2019

Lo que falta a los seres humanos es orientación de naturaleza espiritual, pues la razón y el raciocinio deben prevalecer en las acciones que exigen buen sentido.

Los grandes males por los que pasan resultan de descuidos en el trato de las cosas serias del vivir cotidiano. Y para que den rumbo cierto a sus vidas es necesario que tengan orden y disciplina.

El Racionalismo Cristiano como filosofía de vida recomienda tener mucha disciplina a las personas que siguen sus normas de conducta, con horas ciertas para trabajar y cumplir las obligaciones asumidas, dedicarse al necesario descanso, vigorizar el físico y el espíritu durante el sueño diario y hacer la limpieza síquica por la mañana y la noche, sin descuidarse con la alimentación.

Descuidos siempre traen malos resultados. Por eso, las personas deben tener prudencia en todos los actos de la vida. Preservar al cuerpo físico es importante, pues es una delicada máquina orgánica concebida por la Inteligencia Universal, a ser tratada con respeto y cariño.

Luego, respetar a sí mismos es cuidado seguro en la manutención de la salud física y mental. Es necesario que mantengan el cuerpo físico diariamente higienizado, para que el espíritu pueda irradiarlo mediante un cuerpo fluídico fortalecido por la limpieza síquica. Por tanto, es relativamente fácil tener vida normal, bastando, para tanto, tener disciplina y cumplimiento de los deberes.

El Racionalismo Cristiano es una filosofía espiritualista que enseña a las personas a vivir en este mundo de escolaridad con inteligencia al aplicar los conocimientos asimilados. La frecuencia asidua a las reuniones públicas realizadas en las casas racionalistas cristianas fortalece, esclarece y espiritualiza a las que están preocupadas en vivir con sabiduría, que procuran ser profesoras de sí mismas al escoger lo que hace bien al alma, alejándose de todo lo que pueda perjudicar la paz en el hogar, en el trabajo, en la sociedad. Si los seres humanos usaren la fórmula del bien vivir prescripta por el Racionalismo Cristiano comprenderán con respeto y amor espiritual, evitando descuidos de cualquier naturaleza.

Luiz de Mattos

 

Siempre alertamos que es un deber de naturaleza espiritual las personas luchar, con la fuerza de que son capaces, contra los pensamientos negativos y los malos sentimientos, en su mayoría revelados por comportamientos y acciones que provocan conflictos humanos y causan máculas físicas y morales. En razón del gran alcance de nuestras orientaciones, nos detendremos en la conducta observada comúnmente entre los seres humanos, con intensos choques de relacionamiento, como son los ocasionados por el comportamiento egocéntrico.

Las personas egoístas son individualistas por definición, se creen superiores a las demás. Apartadas de la realidad de su alrededor, tienen visión estrecha de la vida, pues observan apenas sus anhelos desmesurados. Incapaces de mirar para los lados, son insensibles a las necesidades de los semejantes, no extienden las manos a los más carentes de ayuda. Luego, están en continuo contacto con fuerzas obsesoras que tuvieron procedimiento semejante en vida física y permanecen en la atmósfera fluídica de la Tierra.

Muchas veces el egoísmo está asociado al autoritarismo y ese trazo de la personalidad de una persona se expresa de varias formas: quiere que sus opiniones prevalezcan sobre el modo de pensar del interlocutor, no acepta dividir nada con nadie, no consigue prestarse a alguna cosa por sentir que perderá algo de sí con un gesto considerado generoso. Acciona de mala fe, pues quien ayuda al semejante no pierde nada. Al contrario, sólo gana en progreso espiritual.

Cuando el comportamiento egocéntrico y autoritario está asociado al carácter débil del individuo, triste cuadro de indigencia moral es revelado: deshonestidades, ilicitudes, injusticias. De todo lo que es deshonesto él se vale para obtener lo que desea en detrimento de los semejantes, especialmente cuando tiene profesión o ejerce cargo que exigen un mirar colectivo delante la sociedad. Esa falta de decoro resulta de mala orientación en la formación de la personalidad e impide que ese tipo de persona cumpla sus reales deberes. Así, acumula errores considerados delitos espirituales en campo astral y son proporcionales a los maléficos producidos en plano físico. Cabe a las personas espiritualmente esclarecidas, por tanto de buena índole, de carácter bien formado, luchar contra esas corrientes vibratorias negativas, mediante pensamientos elevados y sentimientos de bien querer, de solidaridad y fraternidad dirigidos para el prójimo. Consideramos buen camino los padres que educan a sus hijos a la luz de la espiritualidad, para que no se comporten de forma egoísta desde la infancia, formando así, ciudadanos que lucharán por un mundo mejor, por mayor igualdad entre los pueblos, por una humanidad psíquicamente más equilibrada.

Todas las personas tienen una parte de contribución a dar en la formación de un mundo menos agresivo e intolerante, más justo y comprensivo. Eso puede ser alcanzado mediante iniciativas de gran valor, como los buenos ejemplos observados alrededor o la forma rectilínea, justa igualitaria y honesta revelada en los actos cotidianos. Son actitudes que alimentan corrientes vibratorias positivas que se desplazan por la atmósfera fluídica de la Tierra, formando barreras fluídicas que anulan los efectos de las fuerzas maléficas existentes.

Humberto Rodrigues

Traducido por Adelina González Bermúdez