Lectura del Mes – Octubre 2022

Lo que hace la vida ser buena o ruin es el uso del libre albedrío

Los seres humanos cometen muchos errores al no conducir sus vidas de forma adecuada. Por no tener percepción de su esencia espiritual contraen vicios variados y, con ese ruinoso procedimiento lesionan al cuerpo físico, esa bella y delicada máquina orgánica concebida por la Inteligencia Universal y utilizada por el espíritu en su aprendizaje evolutivo en el mundo de escolaridad que es la Tierra.

Muchas personas viven de manera desordenada por estar presas a los ilusorios encantos materialistas de este planeta. Gran parte de ellas tienen muerte prematura en razón de dependencias químicas y de sus dolorosas consecuencias física y psíquicas con el pasar del tiempo, lo que no deja de ser una forma lenta de suicidio si consideramos tal comportamiento como fuga consciente a las duras realidades de la vida.

En esa triste condición de total desconocimiento de la vida espiritual revelada por el intenso materialismo al que la persona se entregó, su espíritu permanece en la atmósfera fluídica de la Tierra al desprenderse del cuerpo físico cuando este muere y pasa a intuir a cualquier persona con los mismos hábitos y vicios, formando atrayente colaboración hasta ser arrebatado del ambiente fluídico denso que envuelve al planeta y encaminado a su campo de estadio, hecho que ocurre tanto en las reuniones de desdoblamiento mediúmnico o en las reuniones públicas realizadas en las casas racionalistas cristianas en ámbito mundial.

Al recuperar la consciencia de sí mismo cuando llega a su campo de estadio, el espíritu constata que se alejó de los objetivos evolutivos a que se propuso en su última vivencia en la Tierra. Por no haber ejecutado en el plano físico la planificación hecha en campo astral, percibe que perdió precioso tiempo al juntar varios débitos espirituales en forma de errores, que deberá saldar en una nueva existencia en el planeta en posesión de un cuerpo humano.

Así, es necesario que todos enfrenten la realidad de la vida espiritual, que no termina con la muerte del cuerpo físico, pues siempre habrá el recomienzo de una nueva jornada evolutiva. Luego, es pérdida de tiempo esperar que otros cumplan sus obligaciones o culpar a terceros por las faltas que cometen durante la existencia. Los espíritus obsesores que permanecen en la atmósfera fluídica de la Tierra sólo actúan sobre quien emite pensamientos negativos y tienen malos sentimientos. Entonces, cabe a cada persona su suceso o su fracaso existencial. Aquella que piensa bien, que acciona de manera correcta, jamás tendrá la asistencia de espíritus obsesores, pues nunca existirán entre sí afinidades de pensamientos ni de sentimientos.

¡Despierten para la espiritualidad! Milagro, destino, suerte, azar, castigo, protección, promesa, perdón, nada de eso existe, son ilusiones humanas. La cualidad de vida buena o mala transcurre del uso que la persona hace de su libre albedrío, de la forma como ella piensa, acciona y exterioriza los sentimientos en el día a día.

Luego, todos deben estudiar la espiritualidad estudiándose a sí mismos, confrontando sus vidas con las leyes evolutivas que rigen el Todo Universal, especialmente la ley de atracción, que se hace presente en todas las reuniones espiritualistas realizadas en las casas racionalistas cristianas.

No adelanta entrar en una de nuestras Casas, ser limpia psíquicamente por los fluidos fortalecedores recibidos de las Fuerzas Superiores y, al salir, continuar pensando de forma negativa y teniendo malos sentimientos, pues atraerá nuevos espíritus obsesores, una vez que se ligará a los campos vibracionales nocivos existentes en la atmósfera
fluídica de la Tierra.

Esa es la dura realidad de la vida espiritual a ser dicha con todo énfasis, pues los seres humanos deben entender que la salud física y el equilibrio psíquico dependen de ellos mismos y precisan tomar decisiones acertadas en sus vidas con el buen uso del libe albedrío, a fin de ser bien sucedidas en sus emprendimientos.

Por lo tanto, piensen bien para atraer el bien. Es una verdad trascendente que no puede ser desmentida ni siquiera modificada. Sean conscientes de que la atmósfera fluídica de la Tierra todavía es muy densa y repleta de corrientes vibracionales proporcionadas de desvíos del camino del bien.

Siendo así, utilicen los atributos reflexivos de la inteligencia, del raciocinio y de la lógica asociados a la fuerza de voluntad, el motor de las aspiraciones y realizaciones humanas, y sigan, con mucho éxito, por el camino del bien, de la honradez, de la dignidad.

Traducido al español por Adelina González Bermúdez