“Optimismo, la llave del éxito”
Sin duda, el optimismo es una actitud racional a ser practicada por los seres humanos diariamente. Como es importante las personas estar dispuestas a ver las cosas por el lado bueno, tener una solución favorable para las situaciones por las que pasan, mismo las más difíciles. ¡Cómo es bueno llegar a ambientes dónde el optimismo se hace presente, pues su suavidad fluídica posibilita a todos sentir bienestar espiritual!
El optimismo unido al buen humor abren la puerta del éxito, una vez que desarman pensamientos derrotistas y recelos infundados. Adoptar tal comportamiento en el ambiente familiar es de fundamental relevancia, pues sus integrantes muchas veces llegan al hogar muy cansados después de una exhaustiva jornada de trabajo.
Núcleos de familiares fluidicamente densos dejan sus componentes mal humorados y nerviosos. El nerviosismo, por su vez, trae intolerancia, irritación, imprudencia y esos males provocan desavenencias, haciendo con que muchos no sientan voluntad de volver para la casa al final del día, de ir del trabajo directo para locales de cigarro, alcohol, drogas o juego, donde las conversaciones tienden para cosas inútiles y reprochables.
Luego, es importante que las personas hagan de los hogares y de los locales de trabajo ambientes fluidicamente livianos, donde el optimismo y el buen humor contribuyan para el bienestar individual y colectivo. Para eso es necesario que ellas tengan consciencia de sí mismas al reconocer sus potencialidades, valorizando lo que hay de mejor en la personalidad y sus limitaciones, al constatar los propios errores, pues nadie es sólo defectos o sólo virtudes.
Por lo tanto, para que tengan una vida más tranquila y ayuden en la formación de ambientes fluidicamente más diáfanos, es esencial que todos hagan un hábito de la honesta auto reflexión diaria, descubriendo cuales son los naturales atributos espirituales que precisan ser mejorados en la formación del carácter y evaluando si el uso del libre albedrío está siempre dirigido para la práctica del bien.
Según la ley evolutiva de atracción, pensamientos elevados y sentimientos de bien querer se conectan a las vibraciones mentales de igual valor e intensidad, formando campos vibracionales positivos y corrientes de la misma naturaleza a recorrer en todas las direcciones la atmósfera fluídica de la tierra.
Siendo así, vale la pena que las personas se asocien en este plano físico a las corrientes vibracionales ligadas a los campos superiores de espiritualidad. Pero, a fin de alcanzar ese objetivo, es necesario que cambien para mejor lo que fuere necesario en la personalidad usando el atributo de la voluntad como fuerza motora de las aspiraciones y realizaciones humanas.
Traducido al español por Adelina González Bermúdez