Lectura del Mes – Setiembre 2019

Procuren raciocinar bien

Los seres humanos son dotados de raciocinio para analizar los hechos y sacar conclusiones. El raciocinio es un atributo espiritual el cual utilizan para conducir sus vidas con acierto. No obstante, hay gente que no raciocina. Muchos individuos si raciocinasen no harían lo que se observa, no  cometerían errores.

Quien raciocina previene los acontecimientos, como si adivinase lo que ocurrirá, podemos así decir, tanto las cosas buenas como las malas. Quien raciocina está al tanto de lo que debe o no hacer. Todos tienen errores y debilidades, pero repetir errores es reiterar debilidades es demostración de terquedad y, por lo tanto de falta de raciocinio.

En los principios racionalistas cristianos las personas encuentran todo lo que necesitan para mantenerse psíquicamente equilibrados al adoptarlos en su vivir. La vida trae sorpresas de las cuales no están libres. Por eso, todos deben raciocinar, pesar las faltas en la balanza de los errores y aciertos evitando sus repeticiones, para que puedan mantenerse en perfecto estado emocional.

Todos deben luchar por la sobrevivencia mediante trabajo honesto y productivo, pero teniendo el cuidado de raciocinar sobre todo lo que hacen y lo que ocurre alrededor. Vivirán de forma comedida, realista, sacando de la vida el provecho necesario que ella ofrece de bueno y útil. Los seres humanos están en la Tierra para progresar  materialmente y evolucionar espiritualmente, y no para perder la existencia por falta de raciocinio.

Entonces, raciocinen todos que de a poco van esclareciéndose espiritualmente! Hay mucha gente que vive sin raciocinar y al no hacerlo, no pueden accionar con acierto.  Accionen como personas psíquicamente equilibradas, para separar bien la paja que corrompe el trigo que engrandece al vivir con el raciocinio lúcido para alcanzaren lo que planificaron para sus existencias en este mundo. Los esclarecidos no pierden tiempo. Luego, no pierden su pasaje por la Tierra como seres espirituales en evolución. Teniendo vida equilibrada, con el raciocinio lúcido dirigido para los problemas difíciles de la existencia, ciertamente tendrán éxito en sus emprendimientos.

Luiz de Mattos

 

Pasos firmes rumbo a la evolución

Cuando el ser humano despierta para la espiritualidad, es fundamental que siga por el camino de la evolución con pasos firmes, consciente de que dependerá de sí mismo llegar con seguridad y éxito a su objetivo de vida, como enseña el Racionalismo Cristiano, un conjunto de enseñanzas espiritualistas que transmite al individuo el conocimiento de sí mismo.

El primer paso a ser dado por la persona es comprender por que está en el planeta escuela Tierra entre billones de otros seres humanos con la misma estructura astral y física pero de variados grados de evolución. Ella percibirá que no es diferente de nadie. Todos son iguales, apenas diferenciándose entre sí en cuanto al nivel individual de espiritualidad. De ahí no tiene sentido cualquier tipo de discriminación o preconceptos, pues elecciones relacionadas a la nación, la familia, al género , al grupo étnico y a otras particularidades son auto imposiciones del espíritu necesarias a su caminar evolutivo en determinada existencia en este mundo, sin embargo modificadas en cada vivencia en cuerpo humano a medida que perfecciona sus atributos y sus facultades.

Los pasos siguientes deben tomar en cuenta las características humanas, para tener mejor comprensión de la vida en su aspecto amplio, constructivo y transformador. Es necesario tener comprensión y tolerancia en la convivencia con los semejantes, es importante crear un ambiente de armonía y paz a su alrededor, pues el mundo está perturbado: naciones no se entienden, familias se disgregan, discusiones y peleas rutinarias.

Si la persona entendió que el espíritu es una emanación de la Inteligencia Universal, ella pasó a reconocerse como un ser humano en evolución en el planeta y ciertamente acciona de otra forma ante tanta confusión, motivo hasta para mucha gente perder la voluntad de vivir. Aprendió a no encontrarse diferente de los semejantes ni juzgarse mejor que ellos, pues sabe que, en general, ellos tienen conflictos interiores y dudas existenciales en razón de perturbaciones de la propia mente. Luego ve este mundo con el sentimiento de solidaridad que viene de lo profundo del alma ya comprensiva y más tolerante. Lleva su palabra amiga con una sonrisa en los labios a los individuos que escucha con interés y atención, sin embargo aún carentes de espiritualidad, enseñándoles a  transitar el camino de la evolución espiritual, tornándose cada día mejores.

Quien acude al Racionalismo Cristiano como una filosofía de vida que fortalece, esclarece y espiritualiza al ser humano en evolución en la Tierra siente bienestar psíquico y físico al frecuentar las casas racionalistas cristianas y colocar en práctica sus principios y su disciplina. La luz astral se hace presente cuando la persona está espiritualmente bien asistida. La luz solar puede incidir sobre un trozo de carbón, pero de él nada resplandece, aunque contenga carbono como elemento químico en su composición.

Si la luz del Sol recae sobre un diamante que maravilla! Él brilla sin igual, aun después de pulido, porque el carbono, que también lo constituye en su estado bruto como única substancia química, quedó sujeto a la temperatura y presión muy elevadas durante miles de años. Esta analogía que hacemos es para ejemplificar a la persona ya pulida por la espiritualidad comparada con aquella que transita el camino de la materialidad como objetivo de vida. El ser humano espiritualizado fue puliéndose por las experiencias de vida por las que pasó. Está preparado para expandir su luz espiritual en su entorno, alcanzando a los que con él conviven. El materialista no está alineado con las fuerzas del bien, mientras el espiritualista está conectado con la luz del esclarecimiento proveniente del Astral Superior. Estudiar el Racionalismo Cristiano y seguir sus enseñanzas es el mejor camino que el individuo puede escoger para tener éxito en la vida por su propio mérito.

Por lo tanto, es necesario tener gran fuerza de voluntad y mucha perseverancia por parte de todos los que transitan el camino de la evolución. Depende exclusivamente de cada uno el  perfeccionar su carácter como artífice del propio yo. No hay nadie que pueda hacer ese trabajo para alguien. Promesas de ese tenor son  vacías de cualquier sentido, pues la evolución espiritual es tarea que no acepta delegación de competencia ni de responsabilidad. Individuos intolerantes, malhumorados, que causan disgustos de todo orden solamente se modificarán para mejor en razón de la fuerza interior que tarde o temprano siempre se manifiesta de forma positiva, no importa el número de existencias necesarias para que eso ocurra. Con el fortalecimiento espiritual que viene de los campos superiores de espiritualidad todos alcanzarán sus objetivos evolutivos.

Humberto Rodrigues

Traducido al español por Adelina González Bermúdez