Lectura del mes – abril 2006

Hablar todos hablan, comentar todos comentan, pero nadie sabe si están hablando la verdad, si están comentando el asunto verdadero. El hábito de hablar ha hecho a mucha gente cometer injusticias. Es preferible hablar poco, pero hablar acertadamente. Es preferible hablar poco, pero lo que se diga sea aprovechable. Las personas deben tener mucho cuidado con aquellos que hablan demás. Dicen que el silencio es de oro y la palabra es de plata; el oro tiene más valor y, a veces, silenciando la persona dice más de que hablando.

Nadie debe decir palabras vanas, nadie debe perder su tiempo hablando demás. Lo que todos deben es raciocinar, es pensar y medir las palabras que profieren. Cuantas veces un secreto que es desvendado ocasiona males muy serios! Hablar poco, por lo tanto, es mejor de que hablar mucho, y en el Racionalismo Cristiano se da mucho valor a la palabra verdadera, a la palabra bien empleada, y no las palabras que se pierden. Todo debe ser bien comprendido y asimilado, sin comentarios inútiles. Los comentarios muchas veces traen la desarmonía, la desinteligencia, el desasosiego. Por lo tanto, deben ocuparse de la propia vida, no preocupándose en absoluto con la vida del semejante. Si así procediesen, el mundo estaría mucho mejor. Pero hay conflictos por todas partes, hay desinteligencia, sensacionalismo y, por causa de ese sensacionalismo, la justicia está muy fallida. Acontecen hechos desagradables que podrían ser evitados.

El Racionalismo Cristiano desea que todos se esclarezcan, raciocinen con acierto, justamente para que eviten consecuencias que solo pueden retardar el progreso espiritual. Nosotros abordamos todos esos asuntos, porque juzgamos necesario esclarecer aquellos que vienen a nuestras Casas. Deben llevar una vida sensata, comedida, donde todos se entiendan. Pensar es mucho mejor de que hablar.  A veces, hay más sinceridad en un pensamiento de que en una palabra. Por lo tanto, piensen bien, piensen con elevación, piensen con valor y estarán colaborando para que haya paz y entendimiento. El mundo precisa de paz y comprensión entre los seres humanos.

Caminen todos con paso firme. Sepan lo que dicen, digan solamente lo que es verdadero, pues solo la verdad torna al hombre libre, dijo Jesús Cristo. Caminen, progresen, teniendo siempre en mente el bienestar del semejante. Es esa la felicidad, la paz de espíritu que deben procurar, porque es la mayor felicidad que el ser humano puede poseer. Trabajen, luchen para vencer en la vida, pero accionen más y hablen menos.

Luiz de Mattos

 

 

Nunca está demás recordar a los que vienen a nuestras Casas que “quien bien hace para si lo hace” y “quien mal hace para si lo estará haciendo”. Eso es lo mismo que decir: “Caminen siempre por la ruta del bien, alimentando buenos pensamientos, irradiando a los semejantes salud y bienestar”.

Afirmamos siempre: EL SER HUMANO ES AQUELLO QUE QUIERE SER. Si trabaja con la finalidad de progresar, progresará. Si hace las cosas apenas por hacer, no sale del lugar, no progresa. Si no piensa con atención en lo que está haciendo, se pierde en sus pensamientos, en sus ideas, quedando al nivel en que siempre estuvo. Nunca está demás decir que, cuanto más supieren, cuanto mas se esfuercen para aprender mas conseguirán progresar, desde que no perjudiquen al semejante.

Viniendo a nuestras Casas, las personas dan un paso decisivo, para tener salud del cuerpo y esclarecimiento del espíritu. Para trabajar en una de ellas, deben hacer un examen de conciencia, antes de inscribirse. Todas son bien venidas, pero, cuando en servicio en las Sesiones Públicas de Limpieza Psíquica, precisan estar atentas, preparadas para atender el público, dándole asistencia y atención. Entonces, prepárense, diríjanse a las Casas en que podrán prestar servicios, hagan la inscripción, aguarden la respuesta y sean todos bien venidas a los trabajos.

Podemos afirmar que, si hubiese más seres humanos con disposición y esclarecimiento, el numero de Casas Racionalistas Cristianas ya sería mas elevado. No faltarán recursos financieros para abrirse Casas, aunque en el inicio sean simples y humildes. Con el pasar del tiempo, lo que era pequeñito y hasta sin confort se tornará mayor, confortable y acogedor, porque ese es el lema del Racionalismo Cristiano. Es deber de todos los que practican la Doctrina hacerla crecer, hacerla evolucionar, para llevar al mundo, a la humanidad, el conocimiento de la Verdad, a través del esclarecimiento espiritual.

No se desanimen, pues, los que todavía se consideran débiles. El pensamiento constructivo, el pensamiento positivo con esperanza de días mejores, días de progreso –sea material, sea espiritual – debe prevalecer siempre. Muchas Casas se abrirán, no importa las dificultades, no importa la situación presente que el planeta atraviesa. Lo que importa realmente es saber querer, y poner en practica ideas de progreso, alimentando siempre pensamientos sanos, con el deseo ardiente de crear y vencer. Eso es lo que el Racionalismo Cristiano enseña. Eso es lo que los racionalistas cristianos aprenden, desde el inicio de sus estudios en la Doctrina.

Cuando llegan a trabajar, prestando servicio a esta Gran Causa, ya están conscientes del papel del espíritu encarnado, de sus deberes, quiere en la vida espiritual, quiere en la vida material. Lo necesario es estudiar con respecto, asimilando lo que leen en nuestras obras, porque en el Racionalismo Cristiano todas las palabras interesan, todas las afirmativas tienen gran valor para aquellos que desean aprender, que quieren sinceramente dar nuevo rumbo a sus vidas.

Así siendo, queden con nuestra orientación; caminen siempre con seguridad, no tengan dudas o temores, porque todo esclarecemos. Nosotros no dejamos dudas. Los auxiliares que están presentes reciben a todos los que llegan y dan las explicaciones. Cada uno de los que auxilian en los trabajos tiene un poquito de profesor. Para eso son intuidos, desde que cumplan sus deberes, desde que sean discípulos fieles del Gran Maestro y alumnos aplicados de esta Gran Doctrina.

Por lo tanto, sean bien venidos los que pretenden venir para este batallón, deseando también compartir de nuestras hileras. Sean bienvenidos, respetando la disciplina, obedeciendo las órdenes, trillando siempre por el camino del deber.

Antonio Cottas