Lectura del mes – febrero 2016

El ser humano debe aprender a mirar dentro de sí mismo, a fin de descubrir lo que precisa eliminar de lo íntimo, de modo a no tener más sentimientos negativos en razón de malos pensamientos.

Las personas en general están muy arraigadas a protecciones divinas, porque les falta autoconfianza. Esa dependencia debilita al espíritu, haciendo con que estén siempre rodeadas por angustias, irritaciones, desánimo, ansiedad y otros sentimientos que conducen al desequilibrio síquico. Asidas en ese estado depresivo, no comprenden que precisan raciocinar sobre la vida que llevan.

¡Cuántos seres tienen la vida personal y familiar tranquila y equilibrada! Infelizmente, son motivo de envidia por parte de los que no confían en sí mismos, presos a los sentimientos negativos que no los dejan raciocinar.

Las personas que desconocen la vida fuera de la materia física viven a contraer problemas para sí mismas, envolviéndose con hechos que acarrean malestar. Muchas se ligan a lecturas no recomendadas, como son los noticiarios sensacionalistas, por ejemplo. Son impulsadas para ese tipo de información por los sentimientos negativos que traen en el alma, pero no aguantan sus consecuencias. Por eso sufren, porque no saben librarse de los malos sentimientos a que están apegadas. De la misma forma, juzgan que algo milagroso va acontecer en sus vidas al iniciar un nuevo año: ruegan por una vida mejor, con muchos amigos, mucho progreso material, mucha salud física y tranquilidad financiera. No perciben que todo eso puede ser alcanzado sin pedidos o promesas en el exacto instante en que cambian el modo de pensar y accionar, al volverse a la espiritualidad que el Racionalismo Cristiano defiende, divulga y practica.

Habitúense a recibir mensajes y noticias positivas, que merezcan atención y traigan bienestar. Deslíguense de lo que trae sufrimiento, aprendiendo a pensar y a confiar en sí mismos. Sentirán en el día los cambios que tanto desean para sí y para los familiares.

Personas de índole negativa contaminan a las que están alrededor con negativismo, su mal humor, su insensatez en el modo de encarar la vida.

Es tiempo de despertar! Las personas que comparecen a las reuniones públicas de las casas racionalistas cristianas pasan a tener certeza de que es preciso despertar para la espiritualidad a través del estudio, poniendo sobre todo en práctica lo que oyen y aprenden, para que puedan de hecho tener acceso a todo lo que pretenden en sus vidas.

Antonio Cottas

 

 

El género humano, en su trayectoria espiritual evolutiva en la Tierra, pasa por abatimientos, reveses y sufrimientos, que debe encarar con naturalidad. Podemos citar innúmeros infortunios, como el fallecimiento de entes queridos, disolución de hogares en consecuencia de desentendimientos e incomprensiones del casal, penurias y limitaciones físicas, que muchas veces dificultan el transitar terreno. Todo transcurre por las leyes evolutivas que rigen el Todo Universal, como la ley de causa y efecto. Diremos que, de cierta forma, el espíritu, antes de encarnar, planifica en su mundo de preparación las agruras que enfrentará en este mundo de escolaridad.

El espíritu cuando encarna tiene gran anhelo evolutivo. Anhela superar sus imperfecciones, por rescatar sus faltas. Pero los desafíos por el que pasará, y tendrá que superar, no son un escollo unilateral. La Inteligencia Universal controla todos los fenómenos ligados a la ley de las reencarnaciones, auxiliando las partículas encarnadas del Principio Inteligente en su trayectoria evolutiva en el planeta. Por eso, decimos a todo momento que ninguna carga es mayor de lo que el espíritu puede soportar, le es impuesta por las leyes evolutivas. Claro que los abatimientos morales y físicos pueden ser aminorados o agravados conforme el uso que haga del libre albedrío.

Entonces, es preciso encarar los obstáculos de la vida con valor y coraje. Jamás diremos que la persona debe quedar feliz con el sufrimiento por el que pasa, sin embargo afirmamos, por ser expresión de la verdad, que sentimientos negativos, como rebelión y rabia, no son útiles al espíritu, no contribuyendo para la superación de las dificultades. Solo agravan un cuadro de profunda tristeza, atrayendo espíritus obsesores, cuya influencia astral produce pésimo ambiente síquico.

Siendo así, los seres humanos deben reaccionar a las malas influencias astrales utilizando las herramientas que poseen – sus atributos y sus facultades espirituales – como inteligencia, raciocinio, fuerza de voluntad, dominio de sí mismos y libre albedrio.

Reflexionen por qué razón es tan pesada la cruz que algunas personas cargan y la de otras es tan liviana, como se acostumbra oír. ¡Por qué unas nacen en cuna de abundancia  y tranquilidad en tanto otras vienen al mundo en hogares donde apenas existe el sustento de las necesidades básicas, o carecen de afecto, o son víctimas de violencias desde tierna edad?

El espíritu hace las elecciones necesarias al proceso evolutivo en su mundo de preparación, en razón del buen o mal uso del libre albedrío en las encarnaciones pasadas. Por eso, todos deben encarar sus luchas con dignidad, valor y coraje, superando las agruras con juicio y buen sentido. Los desatinos humanos no son de fácil dominio. Siempre se afirma en las reuniones públicas de las casas racionalistas cristianas que la felicidad en este planeta escuela es relativa, pues la vida es de luchas y superación de reveses.

La muerte del cuerpo físico retrata el fenómeno de la desencarnación del espíritu, que es eterno, jamás fenece. Al desligarse del cuerpo inerte, el espíritu se prepara para otras oportunidades de progreso evolutivo al llegar a su mundo de preparación. Entonces, los seres humanos no deben pensar que el fallecimiento de una persona es el fin de todo para ella, porque la vida espiritual continúa. De alguna forma, la convivencia hace con que los espíritus queden ligados unos a otros por fuertes sentimientos recíprocos, que, obviamente, podrán estar una vez más relacionados por nuevas reencarnaciones, en razón de las leyes evolutivas a que nos referimos constantemente.

Estudien la espiritualidad consultando los libros editados por el Racionalismo Cristiano, principalmente las obras esenciales de la Doctrina, para que comprendan los fenómenos síquicos que se observan en este mundo. La mayoría de la personas cree que la vida material es la única vida. La verdadera vida es la del espíritu, cuya evolución es conquistada con el adecuado uso de la materia física y de la fluídica.

Entonces, despierten para la espiritualidad, comiencen ya, disciplinando el vivir pautado en honestidad, sinceridad y lealtad. Como dijimos, encaren los reveses de la vida sin mortificarse con tristezas profundas, desesperaciones inútiles y otros sentimientos negativos, que sólo agravan la situación. Eleven los pensamientos a las Fuerzas Superiores, mantengan buenos sentimientos en lo íntimo, y tendrán buena asistencia espiritual.

Humberto Rodrígues

 

Traducción al español por Adelina González Bermúdez